Mundial 2010 | Johannesburgo
Las minas de oro y diamantes y Paul Kruger y el Transvaal
Johannesburgo, una ciudad que transpira la historia de Sudáfrica.
La selección española afronta su segundo partido mundialista en el Ellis Park Stadium de Johannesburgo. Este escenario es el mismo de la final de rugby que en 1995 permitió a los sudafricanos derrotar a Nueva Zelanda y proclamarse campeones del mundo. Un equipo formado por blancos que desató el entusiasmo de toda la población, mayoritariamente negra, cuando la copa se la entregó Nelson Mandela. La película Invictus refleja lo que representó para la República Sudafricana como final del apartheid. La derrota de nuestro equipo ante Estados Unidos en la pasada Copa Confederaciones impidió que nuestros jugadores pudiesen pisar hace un año el césped del Ellis Park.
Johannesburgo es la capital de la provincia de Gauteng, que antaño fue conocida como territorio del Transvaal. Desde mitad del siglo XIX se había asentado un numeroso grupo de familias holandesas en lo que se llamó 'la gran migración'. Eran granjeros que vivieron una aventura similar a los colonizadores del medio oeste norteamericano, carromatos incluidos. En una de esas familias nació Paul Kruger, héroe de la resistencia de los bóers frente al imperialismo británico. Vencedor de los ingleses en Majuba fue elegido presidente del Transvaal. Pero en 1886 todo cambió. En las colinas de Witwatersrand (crestas de agua blanca) se descubrió la mayor mina de oro de la historia y miles de aventureros de toda procedencia invadieron el agrícola territorio convirtiendo la zona en el centro minero e industrial más grande de África. Ello cristalizó en la fundación de la ciudad de Johannesburgo, haciendo pronunciar a Kruger: "En vez de alegrarnos por el descubrimiento del oro, debemos llorar, porque esto hará que nuestra tierra sea empapada en sangre". En efecto, primero se produjo en 1895 el fallido Jameson Raid, enseguida la segunda guerra Anglo-Bóer (1899), por fin la plena dominación británica, el exilio de Kruger, su muerte (1904) en Pretoria, la independencia sudafricana con el larguísimo apartheid y, por último, las matanzas de Soweto. Por fin en febrero de 1990 finalizó el régimen segregacionista y Johannesburgo es una ciudad modernista y en pleno desarrollo.