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Liga Adelante | Betis 4 - Levante 0

Heliópolis es un funeral

El Betis ganó, pero el Hércules no falló. Espera otro año muy duro en Segunda. Lágrimas en una afición de Primera y señorial Verano movido para Lopera

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<b>UNA ALEGRÍA SIN PREMIO. </b>Juande adelantó al Betis poco después de que el Hércules hiciera lo propio en el Stadium Gal de Irún.
UNA ALEGRÍA SIN PREMIO. Juande adelantó al Betis poco después de que el Hércules hiciera lo propio en el Stadium Gal de Irún.

No hay nada en el mundo ahora mismo que pueda elevar el ánimo de la afición del Betis. Su realidad es tremendamente dura, excesiva para un cuerpo que sufre los constantes devaneos de su equipo, sobre todo en los últimos años. Un descenso por sólo un gol y un no ascenso empatado a puntos con el segundo y el tercero. Es la cruda realidad del beticismo, aunque no todo es achacable a la mala suerte. Puede que si Lopera decide pronto dejar al club que supuestamente tanto ama, ese escozor interior se convierta en una agradable y necesaria sonrisa. Al menos por un tiempo. Pero no parece nada probable su salida. Es lo único que le cambiaría la vida a los béticos, porque su sentimiento siempre estará presente.

Y eso que ayer, cuando las noticias procedentes de Irún eran negativas, muchos béticos decidieron abandonar el estadio. Fue un acto de rechazo a los dirigentes y también de impotencia. Ellos ya habían dado todo lo que estaba en su mano. Los que se quedaron, brindaron una gran despedida a Capi, celebraron con la boca pequeña los goles sin valor del Betis y mandaron varios recados a Lopera y sus asistentes. Pero todo de forma señorial, porque la afición verdiblanca sí es Primera, aunque su equipo sufra otro año seguido en el infierno de Segunda.

En Heliópolis soñaron por un momento con el ascenso y pronto se dieron cuenta de la cruda realidad. Es lo que tiene no depender de uno mismo en el momento definitivo. Cuando muchos protagonistas dentro del fútbol aseguran que en la última jornada apenas hay sorpresas es por algo. Ni primas, ni maletines, ni otra motivación extra. Sólo hay que echar un vistazo a la clasificación para comprobar que aquel equipo que ayer dependía de sí mismo, logró su objetivo. Excepto el Murcia en Girona, más o menos como le sucedió la pasada temporada al Betis ante el Valladolid. Un cara o cruz que te alivia o te condena. Y eso que muchos béticos pensaban que la ayuda desde Irún sería real. Pero luego vieron el gol de Descarga en propia puerta...

Confusión.

El Betis salió decidido a cumplir su papel, con un Levante en chanclas y muchas caras nuevas en el once. Bastante tenían los valencianos con cumplir el expediente tras una semana repleta de festejos tras su merecido ascenso. Capi falló a bocajarro poco antes de que la grada celebrara un no gol del Real Unión. Alguien escuchó 'Unión' y no se percató de que ese gol llegaba desde Las Palmas, que también lleva la palabra Unión en su nombre. Y luego lo mismo con el Salamanca. Con tanta confusión, pocos se dieron cuenta de que el Hércules ya se había adelantado, contrarrestado con un gol inmediato de Juande. A partir de ahí, con el Betis cumpliendo su papel, el partido en Heliópolis pasaba a un segundo plano. Ni el golazo de Caffa de falta alegró la tarde a los béticos.

En Irún, las noticias no eran positivas. Sólo un disparo a la escuadra de Juan Domínguez hizo creer en el milagro a los aficionados verdiblancos o un error garrafal de Goikoetxea en el área pequeña de Calatayud. No les importaba mucho lo que estaban viendo in situ, ya que el Hércules también hacía sus deberes a la perfección. Tras el descanso el Betis alargó su agonía con otros goles (Pereira y Odokor), pero ya apenas había dudas en Heliópolis: su equipo se quedaría en Segunda. Más aún cuando Descarga se inventó un autogol y dejó en bandeja el triunfo y el ascenso del Hércules. Muchos béticos pensarán cosas extrañas con este gol.

El partido terminó en el Ruiz de Lopera, y en Irún, y la afición invadió el césped. Otros criticaban la labor de Lopera, a la espera de un giro radical, como ha hecho el Cádiz: descenso y salida del Consejo. Por lo menos ayer se dieron cuenta de algunos de sus muchos errores. Ahora espera un verano muy movido, con numerosos cambios, para darle la vuelta a la dura realidad: el Betis seguirá en Segunda. Y no es por mala suerte.

El detalle: Capi dijo adiós entre aplausos y lágrimas

Fue un partido muy duro para Capi, uno de los jugadores del Betis que siempre han demostrado su amor a unos colores. El camero se despidió de su club entre una gran ovación y muchas lágrimas. Pero el mayor dolor para Capi fue dejar al Betis en Segunda. Heliópolis siempre le recordará.