Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

Liga Adelante | Girona-Real Murcia

Descenso muy cruel: en el alargue y de penalti

A Alberto se le escapó el lanzamiento de Kiko Ratón

<b>AL POZO. </b>El Murcia cayó a Segunda B de la manera más cruel posible.
AL POZO. El Murcia cayó a Segunda B de la manera más cruel posible.

Si duro es escribir (y lo asumo, también leer) que el Murcia es nuevo equipo de Segunda B) cruel, dramático y inmisericorde es el itinerario maquiavélico que condujo a la entidad de Nueva Condomina ayer en Girona ignominia, a la ruina extrema futbolística: después de estar toda la tarde, gracias al gol del Capdevila, fuera de la ruleta mortal, en el alargue y tras un penalti riguroso, después de que Alberto adivinará la intención de Kiko Ratón, después de que por segundos detuviera el penalti, apareció el aquelarre grana, apareció el fantasma de Arconada que poseyó al arquero murcianista que en décimas de segundo pasó de héroe a... Alberto el balón se le escapó por debajo del brazo y así al Murcia se le escapó también el milagro, la salvación, la permanencia en el fútbol profesional.

Todo el malditismo concentrado en un segundo. Como si fuera un resumen de lo que ha sido toda la temporada. En el alargue del último partido del año al Murcia se le escapó la vida. Diez años después, cientos de millones de euros después, el Murcia de Samper vuelve a la ruina de la Segunda División B. Es el regreso a campos de pueblo, el retorno a enfrentamientos con carteles que se caen (con todos los respetos: San Roque de Lepe, Melilla...) es el castigo tras un año calamitoso, es... durísimo.

Desde el principio de la tarde quedó claro que del simultáneo no iba a llegar ningún capotazo. Era o Murcia o Girona. Y finalmente el que se salvó fue el cuadro catalán. En el último suspiro obtuvo el premio a su mejor segunda parte. A 45 minutos, los últimos de la temporada, en los que el Murcia (el miedo, hay que asumirlo, es libre) como tantas tardes se volvió a echar atrás. Su momento en el partido pasó antes del descanso. En esos minutos, en los que el Girona, con el marcador en contra, andaba perdido. Tras la reanudación, apenas un zapatazo de Aquino y otra más del propio Torito a pase de Pedro. Es ya un ejercicio inútil el señalar a Teixeira como único culpable. Por desgracia para el Murcia, en el fútbol nada pasar por casualidad y mucho menos en una Liga en la que te tiras jugando diez meses. Pero que más da. La ruina es que el Murcia vuelve a estar donde nunca debe hacerlo. En el fango. Y lo peor empieza ahora.