Mundial 2010 | Grupo D | Alemania 0 - Serbia 1
Fallan Undiano y Podolski
Rigurosa roja a Klose y penalti errado por Alemania
Hay muchas maneras de morir en un Mundial y algunas difícilmente explicables. A la Alemania con mejores hechuras de los últimos tiempos la mataron el fuego amigo de Podolski y un par de balas perdidas de Undiano. La subcampeona de Europa jugó y cayó a la española, dominando el juego, la posesión (60-40) y disparando más (16-11) que una Serbia reservona y afortunada. Ahora está en un lío, porque necesita imponerse a Ghana, pero no debe avergonzarse de su estilo ni dar marcha atrás en ese fútbol paciente y con encanto que inspira Ozil.
Alemania fue mejor antes y después del minuto loco que lo cambió todo, cuando topó con Undiano. No hay manera de que nos deje bien un árbitro en un gran competición. Ni siquiera éste, el más capacitado de cuantos hemos mandado en años.
El debut le disparó la adrenalina y un principio de autoridad que templa mejor en la Liga. Se abrió paso a tarjetazos en un partido sin violencia y dejó a Alemania con diez en el minuto 36 por dos faltas sin maldad de Klose. Había que agarrarse muy firmemente al reglamento para convertir en roja la suma de esa dos acciones. Y él se agarró con uñas y dientes. Undiano, que muestra cinco tarjetas por partido en la Liga, enseñó nueve ayer, muchas evitables. Trató a Klose con mano de hierro y con guante de seda a Khedira y Mertesacker. La mala conciencia. En el descuento convirtió un penalti de libro a Mario Gómez en presunto juego peligroso de éste. ¿De verdad es bueno mandar un árbitro al Mundial?
El factor Zigic.
Pero Alemania no perdió sólo por Undiano. Hasta la expulsión de Klose se manejó con soltura, movió la pelota de este a oeste con paciencia, esperando un desmayo de Serbia que no llegó. Antic, precavido, metió un quinto centrocampista de salida y sacrificó a Pantelic. Y en ese ejercicio de resistencia andaban los serbios cuando Alemania se quedó con diez, y mientras se preguntaba por qué, Krasic encontró hueco por la derecha, colgó la pelota, Zigic la mató y Jovanovic la mandó dentro. "A Zigic no hay que ganarle todos los saltos, sino adivinar a quién se la dejará", advertía Friedrich en la víspera. Ni él ni Mertesacker se lo aplicaron.
Con diez siguió en pie Alemania y cayó sobre Serbia mientras le aguantaron los pulmones. Ozil, su canciller, envió dos pases definitivos a Podolski, que falló con la estocada. También erró el penalti cometido por Vidic, tan claro y absurdo como el de Kuzmanovic ante Ghana. Podolski, promesa eterna, sólo ha metido dos goles en la Bundesliga por algo. Su cañón carece de punto de mira. Serbia sólo respondió cuando Alemania murió de fatiga y se estrelló dos veces en el palo. De milagro, pero sigue viva.