Dinamarca diluye la rebelión de Camerún, que dice adiós al Mundial

La selección de Camerún ha sido un polvorín durante toda la semana. Los leones más indomables -léase Etoo- criticaron abiertamente al seleccionador Le Guen por la alineación que ofreció ante Japón. Para esta ocasión, con la clasificación en juego, el francés cedió a las peticiones de los sublevados, y alineó en el once titular a Etoo de delantero centro y a Emana de titular. Con estos mimbres, Camerún, volvió a ser explosiva, agresiva e incisiva en el área rival en la primera parte.

En frente estaba Dinamarca, que desde el primer minuto de juego fue consciente de que tenía perdida la partida física con Camerún. El equipo de Olsen -más de cien partidos como jugador y otros tantos como técnico en Dinamarca- nunca se ha quedado fuera de la fase de grupos de un Mundial en sus tres participaciones anteriores. En el primer tiempo, Camerún aplastó por momentos a Dinamarca. Los de Le Guen fueron más agresivos, ocuparon con más claridad todos los espacios del terreno de juego y sobre todo, estuvieron bien colocados.

En los primeros minutos de juego, el acoso camerunés fue notable, pero el primer gol llegó fruto de un error rival. En el minuto diez de partido, un fallo de cadete de Poulsen propició el robo de Webo, que de manera impecable puso el balón dentro del área para Etoo, que definió con la calidad que le caracteriza en los últimos metros. El tanto del delantero del Inter suponía un recado para Le Guen, que escoró a la banda derecha a Etoo para poner de delantero centro al bisoño Choupo-Moting en el partido contra Japón.

Además, el tanto de Etoo se convirtió en la llamada necesaria para que el resto de leones acecharan a su rival, sobre todo el bético Emana, que derrochó despliegue físico y llegada desde segunda línea en la primera mitad. Dinamarca no era capaz de frenar el ímpetu camerunés, y parecía que sólo podría empatar el partido si los cameruneses bajaban notablemente su nivel físico.

Sin embargo, la hasta el momento bien colocada defensa camerunesa sólo pudo contemplar, como el resto de espectadores de Pretoria, como Kjaer daba un precioso pase de 40 metros a Rommedal, a la espalda del lateral Assou Ekotto, y ponía un balón en bandeja para que Bendtner firmara el empate. El gol propició un cambio en el devenir del partido, que en los últimos minutos antes del descanso se volvió loco por momentos a causa de los errores de ambos equipos. El capitán danés Tomasson tuvo en sus botas una gran ocasión en el minuto 41, y apenas uno después, Etoo remató al palo tras otro clamoroso error de Dinamarca.

En la segunda mitad, las arengas de Etoo y el músculo de Camerún se fueron diluyendo con el paso de los minutos. Dinamarca, ajena al empuje del rival, comenzó a llevar el partido a su terreno y a gozar de mayor posesión. Así, tras una rapidísima contra, Rommedal culminó una gran acción individual en la que hizo fácil algo no tan obvio: recorte hacia dentro contra su par, tiro con rosca por el palo largo del meta Souleymanou y segundo tanto de Dinamarca.

Neutralizada la revolución de los banquillos camerunesa, a los leones, ya domados, sólo les quedaba el empuje que genera la desesperación, aunque a punto estuvieron de empatar el encuentro en numerosas ocasiones por medio de Macoun, Idrissou y Emaná, sobresaliente en potencia y derroche pero suspenso en definición.

Para el aficionado, el encuentro supuso al menos un soplo de aire fresco por la cantidad de ocasiones, imprecisiones y la sensación de partido de ida y vuelta que tuvo el encuentro. Pero Camerún, con esta derrota, dice adiós en la primera fase, del mismo modo que sucedió en sus tres últimas participaciones mundialistas.