El portero inglés para la próxima década

Joe Hart, el portero del Manchester City cedido al Birmingham, se encontró a los 16 años en una encrucijada. Es uno de esos portentos que podría haber sido profesional de cualquier deporte. Le tocó decidir entre el fútbol y el crícket. Tiene el físico perfecto para un tirador y el talento para adquirir la técnica del lanzamiento de la peculiar pelota del crícket. Pero su cuerpo (1'91 y 80 kilos) también le vale para ser portero. Esta temporada ha sido nombrado por los futbolistas mejor guardameta del año, por delante de Cech, Reina o Gomes, y lo que sorprende es su regularidad, el dominio de todas las facetas necesarias bajo palos y su fuerte personalidad. Capello no le ha hecho debutar aún en competición oficial y sin esa experiencia no se atreve con él.

Pero ahora, el seleccionador inglés duda. No sabe todavía si poner en la portería al del fallo (Robert Green), a Hart o a un David James que le ha decepcionado. Una cosa sí tiene clara: sabe ya quién será el 1 de su once tras el Mundial y para la próxima década. Capello no se fija en los pequeños detalles que definen una personalidad, pero su colaborador Franco Baldini le pone al día. Y los informes que tienen de Hart son inmejorables. El portero lee libros y se pasa poco por la sala de juegos. Y habla como si tuviera muchos más de los 23 años que atesora. "Para estar mucho tiempo en esta industria hay que saber disfrutar del deporte, saber manejar la presión", ha dicho esta semana. El club de su ciudad, el Shrewsbury, le vino a buscar mientras estaba en clase en la Escuela de Ciencias ("no tenían portero ese fin de semana") y espera terminar la carrera si el fútbol se lo permite. Pero si acaba debutando con Inglaterra en un Mundial, eso puede esperar.