Mundial 2010 | El ambiente en las calles
Pobre Alexandra vs millonario Sandton
Alexandra, uno de los barrios más deprimidos de Johannesburgo, sobrevive entre la miseria y el paro a tan sólo unos metros de la exclusiva Sandton, la zona más lujosa y privilegiada de toda Sudáfrica. Dos universos antagónicos separados por una calle que el Mundial acercará por unos días.
Un recorrido por las estrechas y abigarradas calles de Alex, como popularmente se conoce en Johannesburgo ese township, evidencia que el barrio de Alexandra está a punto de morir de inanición y asfixia. No hay trabajo. Existen pocos servicios sociales y la juventud pulula, todo el día, mano sobre mano, sin nada que hacer ni futuro en lontananza.
Todo es absolutamente diferente a pocos metros, en Sandton. Con tan sólo atravesar un puente o cruzar la autopista, se levantan colegios exclusivos, mansiones con piscinas, automóviles de alta gama, y lujo, mucho lujo.
Sandton y Alexandra son las dos caras de una misma moneda. La de esta Sudáfrica, el país organizador del Mundial, capaz de darle todo a sus ciudadanos más privilegiados y negarles el pan y la sal a los más de medio millón de desfavorecidos que habitan Alexandra.
Aun así, Alex no está dispuesto a rendirse y tirar la toalla. Por eso, aprovechando la celebración del Mundial 2010, el barrio acoge significativas iniciativas sociales, culturales y deportivas, encaminadas a sacarla de la marginalidad, como el Campeonato del Mundo de Fútbol Callejero, que se va a celebrar en Johannesburgo durante la última semana del Mundial.
Auspiciado por la FIFA (que destina el 0,7% de sus ingresos al proyecto) y organizado por la ONG Fútbol para la Esperanza, el Campeonato del Mundo de Fútbol Callejero, reunirá en Alexandra, y otros barrios de la ciudad, a más de 256 chicos y chicas de entre 15 y 17 años, provenientes de África, Oceanía, Asia, Europa y América.
El Campeonato del Mundo de Fútbol Callejero contemplará varias novedades, entre las que cabe destacar que los partidos no serán dirigidos por árbitros, sino por una serie de reglas y normas que se marcarán a sí mismos los 32 equipos con alineaciones mixtas (chicos y chicas). Con tan original sistema, los organizadores persiguen fomentar entre los participantes, valores tan necesarios como el diálogo y la deportividad a la hora de solucionar situaciones conflictivas, tanto en un campo de fútbol, como en la vida diaria.
Dentro de ese afán por utilizar el fútbol como "plataforma para potenciar la paz, la integración social, el medio ambiente y la salud", el Mundial de Fútbol Callejero contará con equipos que mezclarán en sus alineaciones a jóvenes israelíes y palestinos, o de comunidades enfrentadas de Irlanda del Norte y Bosnia Herzegovina.
El torneo, que estará arropado por numerosas actividades culturales, y pese a sus fines didácticos e integradores, contará con un equipo ganador. "No queremos dar la impresión -afirma Luciano Cadoni, uno de los responsables de Fútbol para la Esperanza- de que escamoteamos la competición, o de que no vayamos a valorar la técnica y el buen juego. Amamos este deporte y aunque nuestros objetivos son más amplios, no olvidamos nunca que el fútbol es el motor de nuestra existencia".