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REAL MADRID

Gracia Redondo, el árbitro que birló al Madrid la segunda Liga de Tenerife

No señaló dos clarísimos penaltis en el área tinerfeña, uno por derribo de Agustín a Zamorano y el otro por unas claras manos de Chano a remate de Hierro.

<b>PENALTI CLARO. </b> Agustín derriba a Zamorano en la última jornada de Liga de la temporada 1992-93.
AS

El nombre de Celino Gracia Redondo aparece marcado con un círculo rojo en la agenda en la que el Real Madrid tiene anotados los nombres de los árbitros que le han pitado. No en vano, él fue el colegiado que le birló dos penaltis en Tenerife en la última jornada de Liga de la temporada 1992-1993, lo que llevó el título al museo del Fútbol Club Barcelona.

Sucedió el 20 de junio de 1993. El calendario había querido que se repitiese la última jornada de Liga de la temporada anterior. La casualidad llevó al morbo, ya que doce meses antes una desafortunadísima actuación de García de Loza le había hurtado al Madrid el triunfo y el título. Con 1-2 en el marcador, el colegiado gallego anuló un gol legal a Milla y expulsó a Villarroya. Eso, unido al desbarajuste ente Sanchís y Buyo, culminó la llamada 'Primera Liga de Tenerife'

Por ello, muchas de las miradas estaban puestas en Celino Gracia Redondo ese caluroso domingo de junio. Del colegio aragonés, no respondió a las expectativas para ese tipo de partido (o sí, según se mire). El partido se puso cuesta arriba para el Real Madrid. En el minuto 11, una jugada de Felipe por la banda fue peinada por Ezequiel Castillo y rematada por Dertycia a gol en el corazón del área.

Pese a la premura, el Madrid salió bien librado del golpe y firmó una primera parte de dominio casi absoluto sobre el equipo que en aquel entonces entrenaba Jorge Alberto Valdano. Así, el cuadro de Benito Floro se fue imponiendo hasta el minuto 40, en el que Gracia Redondo atrajo para sí todos los focos. Una internada de Zamorano en el área fue interrumpida por Agustín en un claro penalti. El portero, sobrepasado, agarró con sus manos el pie derecho del chileno sin que el árbitro se diera por aludido.

Manos de Chano

En el 42, Chano volvió a marcar para el Tenerife de cabeza ante el desconcierto blanco. Tres minutos después, a punto de enfilar el túnel, Gracia Redondo acabó con cualquier posibilidad anímica de remontada. La jugada no ofrece dudas. Milla concede una diagonal a Michel, que apura la línea de fondo y con la pierna derecha la cuelga al corazón del área. Allí, en el punto de penalti, aparece desde atrás Hierro para rematar de cabeza. Un testarazo que es despejado por Chano con las dos manos ante las protestas madridistas.

Gracia Redondo no pitó el penalti y sí el descanso, antes de comenzar una segunda parte sin argumentos. Culminado el partido, el título se fue a Barcelona, el Real Madrid continuó su travesía del desierto, el Tenerife se metió en la UEFA... Y Gracia Redondo siguió pitando hasta el mes de junio de 1998.