Mundial 2010 | El ambiente en las calles
Sudáfrica amanece eufórica en el Mundial
Johannesburgo ofrece una imagen vitalista y multiétnica, sonriente y satisfecha. Su selección, los Bafana Bafana, cosecharon ante México una igualada que supo a poco. Sin embargo, los ánimos de la afición local no decaen. Ellos ven a Sudáfrica en la final. ¿El rival? Imaginen...
Ni la triste noticia del fallecimiento de una de las biznietas de Nelson Mandela consiguió parar el baño de orgullo y autoestima que los sudafricanos se han dado con el arranque del Mundial.
Tras una espectacular ceremonia de apertura, el gol de Tshabalala llevó el éxtasis a las repletas gradas del ultramoderno Soccer City y las vuvuzelas y los cánticos de todas las etnias del país del arco iris se elevaron sobre el cielo de Johanesburgo. Y, uno no quiere ni imaginar lo que hubiera ocurrido si el mexicano-blaugrana Márquez no hubiese empatado el encuentro, tras un fallo clamoroso de los Bafana Bafana.
Al día siguiente, los sonrientes rostros de los habitantes de Johanesburgo, que amanecieron para hacer la compra en los mercadillos del centro o en las grandes superficies, eran el reflejo del orgullo que invade el país por haber sido capaces de, contra muchos pronósticos, poner en marcha el mayor acontecimiento futbolistico del mundo.
"Estamos orgullosos de Sudáfrica y estamos orgullosos de los Bafana Bafana" Eso es lo que dicen todos los sudafricanos, y cuando decimos todos, nos referimos a indios, negros, blancos, mulatos... "Hemos demostrado al mundo -dice, exultante, Ndumiso Zwane, un zulú amante del fútbol que no pierde las esperanzas de llegar un día a jugar con su selección- que hemos sido capaces de organizar el Mundial, y también estamos orgullosos de los Bafana Bafana, y creemos que son capaces de hacer un buen papel".
"No pude ver en directo la ceremonia de inauguración, afirma Kacy, un joven estudiante blanco, pero mi madre me lo dejó grabado. Creo, sinceramente, que fue algo excepcional, y nuestros jugadores demostraron que pueden ganar a cualquiera". Su compañero, Darren llega mucho más lejos y se atreve a afirmar que los Bafana Bafana jugarán la final y la ganarán.
Orgullo. Esa es la palabra que mejor define el estado de ánimo de los aficionados y no aficionados sudafricanos que han visto que han sido capaces de cumplir los plazos impuestos para acondicionar las infraestructuras y poner en pie los estadios. Tanta es la euforia y la ilusión generada que el resto de los africanos residentes en Johanesburgo, han tomado como un logro de toda África el éxito sudafricano. "Soy de Mozambique, dice Manuela, peluquera, llevo muchos años en Sudáfrica, me he integrado perfectamente y me alegro como africana, de que todo vaya bien y deseo que los Bafana Bafana lleguen a la final y que la Copa del Mundo se quede en África.
Su amiga de puesto, María, también natural de Mozambique desea que si Sudáfrica no llega a la final, al menos que sea Costa de Marfil la encargada de mantener hasta el final las ilusiones de los africanos.
Para el coro de jóvenes que se suma, de manera espontánea, a las preguntas del periodista de AS, no existe ninguna duda: la final será entre los Bafana Bafana y España. Y el resultado 3-1 a favor de Sudáfrica.