Relámpago Juanín

En las calles de Oviedo echan de menos a Juanín, el hijo de Marta, el niño que estudiaba con muy buen oído para ser cantante. Pero se fue con quince años al Real Madrid, a hacer carrera con el balón, y la vida le llevó cuatro temporadas después al Valencia, donde se ha consagrado como figura del fútbol. En la cantera blanca despuntó, brilló, pero no le dieron cancha. En Mestalla es ídolo, es un diablo con cara de niño, socio perfecto de Silva y Villa para un ataque letal. Del Bosque le subió a la Roja en noviembre de 2009 después de triunfar en las categorías inferiores y ahora se lo lleva al Mundial. En Sudáfrica habrá tiqui-taca español, pero también relámpagos como Juanín, el chico que empezó de muy niño en el equipo de La Fresneda.

Su padre.

No muchas veces un futbolista está tan en dependencia de su padre. Mata siempre ha ido de su mano, porque además, ejerce como su representante. Y Don Juan Mata, ex futbolista del Burgos, del Salamanca y del Oviedo, quiso que su chaval creciera donde le dieran cariño en el fútbol. Y en Valencia encontró lo que buscaba. No lo tuvo con Quique Flores, que dudó de un chico de 19 años. Fue con Koeman quien le puso en el camino del éxito y de la Selección.

Mata es de esos jugadores rápidos, intuitivos, de los que desborda en velocidad y pone el balón en la cabeza de un buen ariete, dígase Villa, Torres o Llorente. Del Bosque le quiere para eso y para trenzar con los 'genios bajitos' metiendo a la Roja una chispa más cuando el partido lo pida. El relámpago Juanín no va a fallar.