fútbol
Cada año, la muerte súbita se cobra la vida de entre 20 y 25 deportistas
Madrid y Milán jugaron ayer para combatirla. Araceli Boraita, responsable cardiológica del CSD, dice: "Muchos atletas ignoran los reconocimientos médicos preventivos o los diagnósticos que les hacen los doctores y siguen entrenando sin importar su salud".
La imagen de Antonio Puerta, tendido en el césped, con la mirada perdida, todavía queda en la memoria de aquellos que vieron el partido de Liga entre el Sevilla y el Getafe en 2007. De un minuto a otro, el jugador sevillista se desplomó en el campo, mientras peleaba por el balón y unos días después, sólo con 22 años, murió en un hospital sevillano.
Hace ya tres años de la tragedia que sacudió al equipo andaluz y sólo unos días después se descubrió la causa: muerte súbita. Un episodio en el cual se pierde pulso, la respiración y la conciencia de manera inesperada y se pasa de la vida a la muerte en muchas ocasiones en cuestión de segundos. Los deportistas son las principales víctimas de esta extraña enfermedad, que acecha a una persona cada 60 segundos en el mundo y causa 50.000 muertes al año en España.
Puerta fue el segundo futbolista español conocido abatido por la muerte súbita. Antes, en 1973, otro sevillista, Pedro Berruezo, había muerto en el estadio del Pontevedra de la misma manera. Pero no son los únicos. Cada año fallecen entre 20 y 25 deportistas por muerte súbita.
Tan sólo el año pasado, el nombre de Michal Jezek, un jugador checo de 31 años, conmovió a los medios europeos. El defensa central de un equipo de la liga regional de Praga tuvo un paro cardiaco justo en el momento en que se marcaba un autogol. Se unió a la lista de otros jugadores -Marc-Vivien Foé, Miklos Féher, Dani Jarque- que fueron víctimas de la muerte súbita. El porqué es todavía un misterio.
Por eso ayer veteranos del Real Madrid y del Milán jugaron un partido amistoso para financiar la investigación de esta extraña enfermedad que pone en peligro la vida de muchos futbolistas.
El riesgo está en el campo. Según Araceli Boraita, responsable del Servicio de Cardiología del Consejo Superior de Deportes, los deportistas profesionales son más proclives a morir de afecciones cardiacas o respiratorias a una edad prematura.
"Además, el problema es que muchos atletas ignoran los reconocimientos médicos preventivos o los diagnósticos que les hacen los doctores y siguen entrenando sin importar su salud", explicó.
Un informe de la Federación Española de Medicina en el Deporte señala que aquellas personas dedicadas al deporte poseen un mayor riesgo de padecer un síncope, en concreto 1,6 por cada 100.000 individuos.
La principal causa de muerte súbita, según diversos estudios, es un fallo cardiovascular, en concreto entre el 74 y 94% de los casos.
El endocrinólogo Antonio Escribano coincide con el riesgo que pueden suponer las preparaciones físicas extremas y el hecho de que los atletas no tomen los cuidados pertinentes para sus entrenamientos o sigan una dieta adecuada, pero tampoco encuentra una respuesta a este tipo de decesos.
Este tipo de muerte puede ser provocada por diversos síntomas como síndromes arritmogénicos, malformaciones vasculares cerebrales o asma bronquial. La mayor parte de ellas son inducidas por el estrés pero nunca se sabe, ya que un 30% de defunciones fulminantes quedan archivadas en blanco en el registro, ya que se desconoce el motivo del paro cardiaco.
A pesar de las posibles razones y descartando un mal congénito, los médicos no logran descifrar este mal. ¿Por qué un joven deportista, con hábitos aparentemente sanos, pierde la vida mientras juega al fútbol? Las investigaciones no llegan a más y el corazón sigue siendo una incógnita en el campo.