Política de ahorro en el año de las elecciones

Los aficionados del Athletic pueden darse por enterados: su equipo no tendrá grandes novedades la próxima temporada. A diferencia de los años anteriores, cuando el conjunto rojiblanco no escondió que miraba el mercado en busca de refuerzos, la política ha girado de manera increíble. No hay hueco para grandes apuestas. Se han pagado 2,7 millones de euros al Liverpool por San José para hacer efectiva la opción de compra que se tenía sobre el central después de jugar un año cedido en Bilbao y el capítulo de gastos se puede dar por cerrado. Las otras dos incorporaciones (Ibai Gómez e Igor Martínez) costarán menos que el pico que acompaña el fichaje de San José. Por Ibai se desembolsarán 200.000 euros al Sestao mientras que por Igor se han pagado 250.000 euros al Alavés.

Y ahí para la cuenta. El club ha optado por apretarse el cinturón. Lo hace en vísperas de abrir una temporada que finalizará con la convocatoria de elecciones. Y claro, a estas alturas es tan importante ganar partidos como cuadrar las cuentas. Los gestores del conjunto rojiblanco habían dibujado un mejor escenario en caso de haber conseguido la clasificación para Europa, pero al no disponer de plaza en la Liga Europa la caja se ha resentido. Se ha dicho adiós a cinco millones de euros.

Los fichajes de relumbrón se pueden dar por desaparecidos hasta la próxima temporada. Sólo cambiaría la intención si antes del 31 de agosto se diese una ocasión de oro con Mikel Arteta (Everton), Raúl García (Atlético) o Ander Herrera (Zaragoza). Ni el más optimista lo ve probable. Así que en los fichajes se ha buscado el perfil de un futbolista barato con el equipaje cargados de ilusión y ganas por dar un gran salto en su carrera.