Guardaespaldas Busi

Le gusta que le llamen Sergio, no Sergi, y ya nadie asocia su éxito a ser hijo de Carlos Busquets, ex portero del Barça. 'Busi', para los amigos, pertenece a esa camada de la cantera azulgrana de la que pueden presumir: Bojan, Giovani dos Santos, Jeffren... Chicos con talento y fuerza. Mucha fuerza es la que distingue a este futbolista joven, supercampeón de la mano de Guardiola, y guardaespaldas de lo 'genios bajitos' en el Barça y en la Selección que busca Del Bosque para ser campeones en Sudáfrica.

Quique Costas se lo dijo un día a Pep Guardiola: "No te pierdas al hijo de Busquets en el juvenil. Tienes que verlo". Tanto fue que se lo llevó al Barcelona B en cuanto pudo. Rijkaard, que dirigía al primer equipo, también tiró de Sergio un año después, en 2007, poniéndoselo en bandeja a Guardiola cuando asumió el mando posteriormente en el Camp Nou.

Fuerza.

Con 1,90 no hay muchos futbolistas tan coordinados como Sergio. Pero no le fue fácil. Debido a su complexión física, se ha machacado horas y horas en el gimnasio para echar cuerpo y ser competitivo en la elite. Ahora es un 'ladrón de balones' inexpugnable, flexible y ajeno a la presión externa. Juega suelto, seguro y expeditivo, a veces demasiado.

A Del Bosque le garantiza en la Roja lo mismo que en el Barça: recuperación y salida al primer toque. Posicionalmente aporta mucho equilibrio. No diremos que será titular en el Mundial, pero sí se trata de un recambio de lujo y un jugador con proyección.