Los puntos o la vida

El partido se las trae. Para desgracia de Las Palmas, metida en mil y un problemas por sus miserias, y para bendición del Elche, aspirante sorpresivo a la gloria y que llega lanzado y discutiendo puesto de ascenso. Curiosa la historia de ambos en este 2010, que iniciaron de la mano en el Martínez Valero con un 2-5 para la Unión Deportiva y que en nada auguraba lo que vendría después: derrumbamiento progresivo en los isleños y un despegue monumental en Bordalás y compañía. Cosas del fútbol, que en categorías como la Segunda, premia sudores y empeños por encima de heráldicas y genealogías ilustres. Así lo demuestra el escenario que contextualiza este partido. Los locales, asfixiados, y los visitantes gestionando la hombrada que supondría colarse entre los tres primeros. Toda previsión se atenúa con la extrema necesidad en las dos trincheras. Por clasificación convendría apostar al dos. Pero Las Palmas ya ha dado muestras sobradas de que aparece cuando menos se le espera. Esa capacidad de supervivencia equilibra los pronósticos e invita a esperar un pulso emocionante. Más de lo que dicen las dinámicas.

Paco Jémez, que únicamente pierde a Pignol por sanción, no ha cambiado el molde de su discurso: parabienes a la estética y reparos al escaso botín que ha traído su propuesta. Persigue una inyección de confianza en su equipo, maltratado este curso en todos los campos relacionados con la estima y el amor propio. A través de las palabras cálidas persigue el técnico los números que salvaguarden a los suyos de un descenso aún amenazante. No tocará más piezas que las obligadas. Lamas por Pignol. El resto, lo de siempre.

Aire más higiénico trae la misión que le quita el sueño a Bordalás, también partidario de no tocar lo que le gusta. O sea, todo. Tanto es así, que en la convocatoria repitió nómina de elegidos. Atrás, Caballero y sus guantes de pegamento. En la media, más raza argentina con Acciari. Y arriba, Molina, léase veintiún goles al aparato. Que no es poco.

El Elche apunta con tino y la Unión Deportiva anda apagando incendios cada semana. En eso difieren. Sí. Pero coinciden en algo primordial: el sabor celestial que tienen los tres spuntos que hoy se rifan en el Gran Canaria.

El equipo alicantino trabajará hoy en Barranco Seco

El Elche apurará hasta última hora con tal de llegar al partido en plenitud de condiciones. Tanto es así, que el cuerpo técnico blanquiverde tiene previsto un entrenamiento esta misma mañana en Barranco Seco, aunque de una manera suave, para evitar riesgos innecesarios en todo lo relacionado con golpes y molestias musculares. "Es el partido más complicado por ser el inmediato. Así ha sido durante todo el campeonato. No tenemos que pensar en el calendario de los rivales, sino en el nuestro. Las Palmas todavía no ha conseguido la salvación y está cerca de los puestos de descenso. Va a ser un partido de mucha intensidad, ellos en los primeros minutos van a hacer mucha presión y tienen gente de calidad y jugadores determinantes en el área contraria. Que haya tranquilidad y que estemos centrados en el día a día es lo mejor", apuntó Bordalás sobre lo que espera hoy.