Selección | Análisis de Pepe Reina
Pepe, el parapenaltis
EL 23 - Es duro y fuerte como un roble, lleva el ADN de portero de fútbol, vive esta profesión con un optimismo que le rezuma. Pepe Reina es el ídolo de Anfield y la alegría de España. Del Bosque no quiso renunciar al 'goalkeeper' que está de moda.
Dicen en Liverpool que hace años que no veían un portero como Pepe, que así le llaman en la ciudad de los Beatles. Un guardameta tan fuerte, tan seguro y tan simpático, virtud que también cuenta en este fútbol de masas. Reina, hijo de Miguel Reina (todos en pie), quedará en la memoria colectiva por aquél "¡¡Camarerooooo! Una de champiñones..." que rubricó la alegría de una España campeona de Europa. Pero Del Bosque le lleva al Mundial por otras notables cualidades que asombran en Anfield y le han confirmado como un portero de los grandes, como su padre.
No cuajó en el Barça por más que Serra Ferrer le impulsó cuando vivió en La Masía, emigrado desde su pueblo, Boadilla del Monte. Y no lo hizo mal, pero siempre le quedó una opinión al respecto: "Me alegro de que a Valdés le dieran siempre la confianza y el tiempo que yo no tuve. Los que son catalanes de la cantera tienen más salidas que otros".
Viajero.
Tampoco le fue mal salir en 2002 camino del Villarreal, porque todo le vino rodado. En El Madrigal maduró, ganó dos Intertotos y dio el gran salto al Liverpool. Rafa Benítez lo supo ver. Pepe Reina le ha dado mucha gloria al Liverpool y tardes inolvidables: le paró tres penaltis al West Ham en una final de la Cup. Y cuatro al Atlético en la final de Intertoto. Hasta 7 de 9 atajó en la campaña 2004-5.
Un portero sólido a la sombra de Casillas, de garantías absolutas, líder de grupo y optimista por naturaleza. Del Bosque no podía prescindir de Reina, auténtica sensación en la Premier, la alegría de España.