La guerra del soldado Beckham

Mantengo que David Beckham es un actor y me atrevería a calificarlo como notable. Lo es cuando juega al fútbol, cuando ejerce de modelo y sospecho que también lo es en su matrimonio, sin querer acusarle por ello de fingimiento alguno, porque si algo define al gran actor es su camaleónica capacidad para encarnar varias vidas. En esa carrera actoral, muy propia del galán clásico, nos faltaba la guerra. En semejante marco han sido retratados los mejores intérpretes masculinos y femeninos, con la excusa oficial de jalear a las tropas (familiarmente, "los muchachos"), pero con la inconfesable intención de que el ciudadano que vota sienta la guerra como un noble concurso de héroes guapos.

En la imagen que nos ilustra, Beckham posa junto al artillero Bob Floy, ambos a los mandos de la ametralladora de un helicóptero Lynx mk 9. Se encuentran en la base Camp Bastion, centro de operaciones del contingente británico en Afganistán, compuesto por un total de 9.000 hombres y mujeres.

De no ser por su fama sideral, en nada desentonaría en ese ambiente el soldado Beckham, Becks para los compañeros de escuadrón. Es fácil que fuera apreciado por su magnífica puntería, por su discreción y por su gancho con las chicas. Más o menos, como ahora.

Pero aquella es una vida más del actor David Robert Joseph Beckham. Aunque no se podrá decir que no la vivió con intensidad. Después de desayunar con su unidad, el ídolo visitó el hospital de campaña y, acto seguido, fue instruido en el manejo de las armas ligeras y pesadas.

Aunque la visita estuvo marcada por el duelo por la muerte de un soldado el día anterior (205 bajas británicas desde 2001), Beckham no se marchó sin participar en una tanda de penaltis con el primer batallón de los Gurkhas Reales. Según cuentan los reportes oficiales, el astro convirtió su lanzamiento con la precisión habitual.

Finalizada la jornada, David Beckham regresó a sus quehaceres. A saber: representar a la candidatura inglesa para el Mundial 2018, acompañar a su selección en Sudáfrica, posar para Armani y recuperarse de la rotura de ese tendón de Aquiles que le impide jugar al fútbol, su pasatiempo favorito.