Los 23 de España | Análisis de David Silva
El talento de Canarias
EL 21 Ya es un clásico en la Selección. Silva ha firmado una gran temporada, con partidos para el recuerdo y goles de enmarcar. Es una pieza del engranaje base del tiqui-taca, y Del Bosque no renunciaría a su talento. En Canarias y Arguineguín se sienten orgullosos de este 'bajito' que es un diablo, y más en sociedad con Villa.
David Silva ha sido el primer canario en levantar una Eurocopa de selecciones. Es el orgullo de Arguineguín, cuna de otro gran talento del fútbol, Juan Carlos Valerón. Para este zurdo imperial del Valencia el Mundial llega como trampolín para lo que se anuncia: un gran traspaso, quizás al Madrid. Pero será, además, el reto más importante de su carrera, porque nunca antes vivió una experiencia similar. Era joven para Alemania 06 y llega en perfecto estado de revista para Sudáfrica 2010.
Cuando salió de su pueblo con 13 años contratado por el Valencia ya llevaba la etiqueta de futbolista grande. Dicen que en la plaza del Arguineguín jugaba al fútbol con 'papas arrugás' y era el recogepelotas del campo municipal, ansioso de tocar balón noche y día.
Bajito. En Paterna le vieron madera y no en la Ciudad Deportiva del Real Madrid, donde un ojeador tildó de 'bajito' a Silva y le mandó para casa. Antes de triunfar con los de Mestalla, se fogueó en el Éibar y en el Celta, dejando huella de su calidad. En 2006 se puso la 'blanca del murciélago' dispuesto a hacer carrera, como así ha sido. En cuatro años todo son elogios, aunque también ha sufrido difíciles contratiempos: el tobillo izquierdo le hizo pasar por el quirófano en septiembre de 2008.
Silva es un motor de fútbol, un punzón que llega desde segunda línea. Un zurdo con arte, buen regate y agilidad mental innata para el tiqui-taca que tanto gusta en La Roja. Es el socio perfecto de Villa (ya no le tendrá en el Valencia) y entra como un diablo al área por donde nadie lo espera.