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Liga Adelante | Betis 1 - Real Sociedad 0

Emaná, rey de Heliópolis

Se va al Mundial con el Betis cuarto, empatado con el tercero. Fue ovacionado por sus compañeros y 50.000 aficionados. La Real acabó con nueve.

<b>POR LA PUERTA GRANDE. </b>Emaná celebra con su compañero Nelson el gol de la victoria del Betis.
POR LA PUERTA GRANDE. Emaná celebra con su compañero Nelson el gol de la victoria del Betis.

Todo el beticismo despidió ayer a Emaná con un hasta luego, a ser posible en Primera. Fue un saludo más que merecido para el nuevo héroe de Heliópolis. El camerunés, que hoy ya estará preparando el Mundial con su Selección, deja al Betis en cuarto lugar, empatado con el tercero (y el quinto), más cerca del ascenso. Ese objetivo que hace sólo dos semanas era una quimera y que se ha convertido en realidad gracias a dos penaltis consecutivos de Emaná. Uno en Tarragona y el segundo ayer ante la Real Sociedad. Un líder que por momentos fue mejor que su oponente y que sólo sucumbió tras una pena máxima cometida por Diego Rivas, que puede costarle muy caro en el futuro. Ahora sí que le tiemblan las piernas.

La Real hizo una buena primera parte, con buen gusto a la hora de tocar la pelota, pero otra vez le faltó el gol, sobre todo en dos ocasiones de Nsue. Tres tantos en nueve partidos es un déficit demasiado grande para un líder y más aún para ascender. También careció de picardía, sobre todo Zurutuza, que fue agarrado claramente por Aurelio y luego no se tiró. El Betis no había encontrado la forma de asustar a Zubikarai en ningún momento, a expensas de que Emaná se inventara alguna jugada. Porque las 50.000 almas que había en el Ruiz de Lopera soñaban con un gol del camerunés.

Y el gol llegó. Tras la reanudación, el conjunto verdiblanco se fue arriba y encarriló el partido de penalti, muy protestado por los realistas (le costó la expulsión a Mikel González). Emaná, con temple, antes de preparar una maleta cargada de ilusión y calidad, engañó a Zubikarai y llevó el éxtasis al estadio. Hacía tiempo que no se vivía un momento tan especial en Heliópolis. Luego, los de Víctor supieron aguantar el resultado, pero le faltó ambición para lograr el 2-0, el resultado de la ida, sobre todo por no matar a una Real, sin fuelle y nerviosa, que acabó con nueve por una roja a Carlos Martínez. Quién sabe si otra vez al Betis le cambia la vida un gol. De momento, tiene el ascenso en su mano. Si lo logra, será sin Emaná, que se va con los deberes hechos al Mundial.