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Liga BBVA | Deportivo

El Deportivo celebra diez años de una Liga que valió por dos

Los coruñeses vengaron el fiasco del 94 y se hicieron grandes con el título en 2000

Actualizado a
<b>Y RIAZOR EXPLOTÓ. </b>La afición no pudo contener su enorme alegría y sacó a Fran, el gran capitán, a hombros del estadio.
jesús sancho

Hoy se cumplen diez años del título de Liga que consagró al Deportivo entre los grandes de España. Fue un día memorable, en el que inevitablemente a la memoria de todo aficionado acudió aquel penalti que Djukic había fallado ante González para frustrar de la más cruel de las formas la ilusión que había generado aquel equipo modesto que se había convertido en el Superdepor de Arsenio Iglesias. Aquella nefasta tarde, los aficionados coruñeses abandonaron Riazor con un lúgubre pensamiento: 'Era nuestra oportunidad. Esto no se va a volver a repetir'. Seis años más tarde, el fútbol devolvió a Riazor lo que era suyo con un título de Liga que valía por dos.

Los caprichos de la historia quisieron que, como en 1994, el Deportivo se jugase el ser o no ser en un mano a mano con el Barcelona. De nuevo, y como había sucedido antes, los coruñeses jugaban en 2000 el último partido en casa y dependían de sí mismos. En esta ocasión valía el empate, pero la experiencia es un grado y el Depor no quiso dejar nada en manos del azar. El rival en esta ocasión era el Espanyol, y a los tres minutos de partido Donato ya había adelantado al futuro campeón con un impecable cabezazo y una memorable dedicatoria a su amigo Orejuela. Antes del final del primer tiempo Makaay sentenciaba y A Coruña comenzaba a saber lo que es disfrutar de un título de Liga. Con el final del partido Riazor estalló, la afición tomó el césped y la plantilla, teñida de rubio, comenzó una celebración que se iba prolongar en la emblemática fuente de Cuatro Caminos en un baño de agua y multitud difícil de olvidar. Al día siguiente llegó el paseo por María Pita y la obligada visita al Ayuntamiento. Fue el momento en el que muchos despertaron, se frotaron los ojos y lo interiorizaron: 'Esta vez es verdad ¡Somos campeones!'.

El camino hasta la gloria fue complicado, competido y la guinda al segundo gran proyecto de Lendoiro. El primero acabó con el título de Copa en 1995 con Arsenio al frente; el segundo, el piloto se llamaba Javier Irureta, que en su segundo año en el club pisaba la cumbre más alta. Con una poblada plantilla de 27 jugadores, el irundarra creó una columna vertebral con Songo'o, Naybet, Donato, Mauro Silva, Fran, Víctor, Djalminha y Makaay, flanqueados por primeras espadas como Romero, Flavio, Jokanovic, Turu Flores, Pauleta o Manuel Pablo.

De manera premoritoria, el Depor fue líder en la primera jornada, pasando luego a un segundo plano hasta la jornada 12ª. Ese fin de semana derrotó al Sevilla (5-2) y recuperó un liderato que ya no iba a abandonar hasta llegar a la meta soñada. Muchos dicen que fue la Liga más barata por los 69 puntos que bastaron para ser campeón. Yo digo que fue la más competida e igualada de la historia. La más grande de todas.

Manuel Pablo es el único que sigue en el club

De los 27 jugadores que formaron parte de la histórica plantilla que conquistó la Liga sólo uno continúa diez años más tarde formando parte del equipo: Manuel Pablo. El lateral canario, a sus 34 años, sigue siendo titular y aún le queda un año más de contrato. La campaña del título fue un indiscutible para Irureta, disputando 37 de los 38 partidos. El eterno lateral derecho, capitán desde hace varias temporadas, ha jugado 287 partidos en Primera y por su puesto no olvida aquel 19 de mayo de 2000: "Ganar la Liga fue realmente difícil, y aquel fue mi día más inolvidable y lo más grande que he hecho en toda mi carrera. Sabíamos que lo íbamos a conseguir y que no se nos iba a escapar la Liga en casa. Hasta lo celebramos y dimos una vuelta de honor en la jornada anterior en Santander".