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Liga BBVA | Racing 2 - Sporting 0

Tchité salva a un Racing que fue de Segunda 20'

El Sardinero cargó contra Pernía y Portugal con el 2-0.

<b>PICHICHI. </b>Memé Tchité finalizó el campeonato como el máximo goleador del Racing con once tantos. Le quedan dos años de contrato pero veremos si sigue. "Lo estudiaré...", dijo.
PICHICHI. Memé Tchité finalizó el campeonato como el máximo goleador del Racing con once tantos. Le quedan dos años de contrato pero veremos si sigue. "Lo estudiaré...", dijo.

Sin sufrimiento y casi sin oposición, el Racing hizo los deberes. Ganó con más empeño que brillo y esperó a que la radio escupiera lo esperado; sobre todo la derrota del Valladolid en Barcelona. Desde el gol de Duda en Málaga, a los ocho minutos, hasta que la caída de Clemente comenzó a fraguarse mediada la primera parte, el equipo de Portugal estuvo en Segunda momentáneamente durante veinte minutos. Ahí se mascó el miedo y la tragedia pero pronto Tchité, que llegó al rescate, despejó todas las dudas y temores. La jugada, en el minuto 35, estará cargada de polémica. No lo duden. Y no por su origen (una falta lateral de Arana) ni por su finalización (de cabeza). Más bien se le achacará a todo el entramado defensivo del Sporting haber hecho la estatua.

Pero eso sólo serán suspicacias. Lo únicamente real es que el Racing pisó más el área que en toda la segunda vuelta junta, que sentenció con una carambola bien finalizada por Tchité y que, tras sellar la permanencia, la grada señaló a los culpables de este aciago año. Mientras, su adversario sólo amenazó con las buenas maneras de los debutantes Álvaro y Muñiz. Unas buenas intenciones sin mordiente que se materializaron con un par de disparos a portería con todo ya resuelto. Gracias a este final, el Racing podrá presumir de llevar en Primera 16 de las últimas 17 campañas a la vez que el Sporting podrá alardear de entrenador y de perpetuar un milagro casi sin dinero.

El detalle. Gritos contra Pernía y 'Portu'

La grada de El Sardinero explotó con el 2-0. Primero un amplio sector se dirigió al palco gritando "¡Pernía vete ya!". Después miraron al entrenador: "¡Portugal dimisión!". La hinchada local estuvo correcta, aunque a Pernía acabaron rompiéndole una luna de su coche.