El Atleti le hizo pasillo al Getafe

Fue un partido capicúa: pasillo al principio y al final. El primero, homenaje del Getafe al Atlético campeón de la Europa League. El segundo, ya con el balón en juego, de los rojiblancos a los de Míchel para que se metieran, sin romper a sudar, en Europa vía Liga por primera vez en su historia. Y todos tan contentos. Son las cosas de los finales de Liga y no caben quejas: todos han estado alguna vez en ambos lados del espectro.

La fiesta inicial y la alineación de Quique fulminaron de inicio cualquier duda sobre dónde estaba la cabeza del Atlético: mitad en el pasado (ése título), mitad en el futuro (la final de Copa) y nada en el presente. De los titulares en Hamburgo sólo repitió de inicio Domínguez y porque Pablo es ya pasado perfecto. Pensando en Barcelona, Tiago también será titular, pero ayer salió más para trotar un rato y coger ritmo que para poner su pierna en juego. Normal.

Así las cosas, el Getafe campó a sus anchas por el Manzanares. A los 38 segundos, Manu del Moral ya había tirado a puerta y el resto del partido pareció jugarse cuesta abajo hacia la portería de Joel. El Atleti tocaba mucho y avanzaba poco mientras su rival ganaba metros como si fueran centímetros. El gol llegó pronto, para no andar con nervios innecesarios. Soldado y Adrián tiraron una pared en el área, que Juanito habilitó mientras miraba admirado, y el delantero, que anda iluminado, definió bien.

La reacción del Atleti fue tibia tirando a gélida. La pelea de Ibrahima y los detalles de Jurado, que hace de cada partido una oposición a la titularidad, fueron los únicos destellos locales. Salvio se perdía en barroquismos y el chaval Koke, estupendo proyecto de mediocentro, se encontraba como pez fuera de agua escorado a la izquierda.

El Getafe estaba tres cuerpos por encima, pero se vio tan sobrado que llegó al descanso expuesto a un empate accidental. Sin embargo, Míchel le puso las pilas en la caseta y la segunda parte fue un vendaval liderado por Pedro León, cuyo estado de gracia dura ya tanto que empieza a ser evidente que éste es su nivel real, el de estrella. Primero sacó un córner que era un caramelo y Adrián cabeceó al palo. Al poco le robó la cartera a Domínguez para regalarle el segundo a Soldado. Punto final.

Mala suerte.

Para darle alguna alegría a la grada, Quique hizo debutar a Borja, la joya de la casa. Al chico le dio tiempo a provocar un penaltito no pitado de Miguel Torres, pero se lesionó casi de inmediato. Por él entró Rubén Pérez, otro canterano de estreno, pero el disgusto ya estaba clavado en el ánimo local y el Getafe se dio un homenaje en la recta final, justo premio a una temporada soberbia.

Pedro León, explicándole a Cabrera de qué va esto de la Primera, a punto estuvo de marcar dos golazos que sacaron las dos primeras grandes paradas de Joel con el primer equipo. Será por porteros... Pero Parejo no falló en una arrancada personal en el último instante y redondeó ese 0-3 que cierra la mejor temporada de la historia del Getafe, que cada año da un curso de cómo competir en inferioridad de recursos. Un modelo a seguir. En cuanto al Atleti, último trámite superado y antes de lo único que le importa: el doblete.