Liga BBVA | Athletic-Deportivo
Lágrimas en La Catedral
Etxeberria culminó ayer una carrera brillante. Fácil triunfo ante un Depor que colaboró en el homenaje
San Mamés destiló ayer emotividad por todos sus poros para decir adiós a uno de los jugadores más grandes de la historia moderna del Athletic. Se iba Joseba Etxeberria, futbolista de raza erigido en icono rojiblanco, y todas las miradas estuvieron pendientes de sus últimas carreras. Ovaciones, abrazos, besos y lágrimas presidieron un choque de guante blanco que se saldó con una victoria facilona sobre un Deportivo que ejerció de convidado ideal en el evento.
La consecuencia directa de la falta de combustible de ambos equipos en las jornadas previas convirtió una cita intrascendente, dado el testimonial valor de los puntos en juego, en el marco idóneo para que el protagonismo recayese en los jugadores que se despedían. Era el día de Joseba Etxeberria, a quien la afición rendía pleitesía por sus quince años como rojiblanco, un carrerón, así como de Armando, que fue titular o Muñoz, quien saltó en la segunda mitad.
En medio de un espectáculo desprovisto de ese punto de tensión y ritmo propios de la competición, todo el juego se orientó hacia el área de Manu. El Athletic mandó sin verse exigido, ante la actitud reservona y acomodaticia del once de Lotina, y fue acumulando llegadas y remates.
La grada vitoreaba a su portero y los rojiblancos buscaban con insistencia a su capitán en el área opuesta a fin de que redondease el día con un gol. Iturraspe y Javi Martínez barrían la zona ancha para propiciar el monólogo. El único contrapunto corría a cargo de Valerón y su exquisita delicadeza para combinar entre líneas.
Golazo dedicado
El destino quiso que fuese el chavalín quien diese realce al choque montado para los veteranos con un espectacular remate a una escuadra. El golazo de Muniain bien pudo ser secundado por Llorente, Susaeta o el propio Etxeberria, pero el debutante Manu cumplió.
Por cierto que Muniain dedicó su acierto a Fran Yeste, el único de los que decía adiós que estaba ausente por lesión, dibujando un 10 con sus dedos mientras le buscaba en la grada con la mirada.
Tuvo Etxebe su gran ocasión en el arranque del segundo tiempo, pero el zurdazo se le fue al lateral de la red. Se estiró algo el Depor con varias contras y llegó el momento del partido cuando en la banda mostraron el cartel con el 17.
Etxebe se puso a llorar desconsoladamente abrazado por todos sus compañeros, rivales y hasta Mejuto, quien había pedido despedirse de la Liga en La Catedral, con la grada puesta en pie rompiéndose las palmas en una ovación interminable. Idénticas imágenes hubo tras el pitido final. Antes Llorente estampó un zurdazo en el larguero y Javi Martínez se marcó una arrancada brillante, pero la atención estaba centrada en Etxebe, Armando y Muñoz, manteados por la plantilla en el círculo central. Ayer se cerró otro capítulo de oro en el Athletic.