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LIGA BBVA MÁLAGA 1 - REAL MADRID 1

El Madrid despierta de su sueño

Partido de gran tensión el que se vivió en La Rosaleda y que sirvió para que el Real Madrid se despidiera de forma definitiva del título y para que el Málaga asegurase su presencia entre los grandes un año más. Se jugó el Madrid la Liga sin Kaká, que ha fracasado en su primera temporada de blanco y no fue ni convocado. Guti disputó el que podría ser su último partido como madridista. Duda adelantó al Málaga y fue expulsado al final. Van der Vaart empato para el Madrid, que termina la Liga con 96 puntos.

<b>SEGUNDOS.</b> El Madrid terminó su viaje por esta Liga en el segundo puesto.
SEGUNDOS. El Madrid terminó su viaje por esta Liga en el segundo puesto.REUTERS

El Real Madrid se olvidó de ganar el día que más falta le hacía, el día en el que los milagros sólo se alimentaban de goles y puntos. Vivió una gran ilusión durante todo el curso, es más que evidente que vivió por encima de sus posibilidades y fue capaz de alargar el pulso al mejor equipo del mundo hasta la última jornada, cuando se golpeó con la realidad, despertó de golpe y no tuvo más remedio que asumir que su sitio, esta vez, está por debajo del Barça. Bajo el mando de Manuel Pellegrini, el gran responsable de que este equipo haya llegado con opciones de ganar la Liga hasta el último día, el Madrid ha completado una temporada espectacular, con un balance fabuloso de puntos y de victorias. Ha estado cerca de la perfección, pero quien de verdad la ha rozado ha sido el Barcelona, un conjunto que sólo ha perdido un encuentro en toda la Liga. Cuando eso sucede, sólo queda una salida decente, que es felicitar al rival.

El orgullo y la dignidad del Madrid le llevaron a buscar el triunfo cuando ya sabía que tenía la Liga perdida y ese es un valor muy de agradecer y que habla bien de este grupo que ha formado Pellegrini, incapaz de rendirse pese a que su presente era ya tan negro como su futuro inmediato. Si los dirigentes del Madrid deciden despedir al entrenador chileno deberían darle una salida digna, acorde con la educación, templanza y señorío que ha demostrado Pellegrini durante toda la campaña. El chileno, que también ha cometido errores, como todos, no ha hecho otra cosa que engrandecer los valores de los que siempre presumió este club. La marcha del técnico supondría tirar otro año, desmontar los cimientos de un proyecto que parecía sólido. En unas semanas, o días, se iniciará una nueva reconstrucción. El club tomará una nueva dirección con la que espera llegar a los títulos, pero las victorias no las garantiza nadie.

Desde esa perspectiva vivió el partido el Madrid, muy diferente al sufrimiento que fue el choque para el Málaga, para el que no estaba en juego un título, estaba en juego la vida. Porque la vida es la Primera División para los clubes más modestos. Un descenso tiene consecuencias más graves en lo económico que en lo deportivo para una entidad como el Málaga, y con esa angustia vivieron sus futbolistas los 90 minutos más largos de su existencia.

El Málaga fue al máximo en todas sus acciones, con demasiadas faltas, alguna más dura de lo recomendable, y fue quien con más decisión buscó el triunfo en el primer tiempo. Obtuvo muy pronto la recompensa, a los nueve minutos, cuando Duda aprovechó un taconazo de Caicedo para batir a Casillas. Un fallo del centro del campo del Madrid permitió llegar muy sueltos a los jugadores del Málaga, que nunca en toda la tarde estuvo más cerca de la permanencia.

El Madrid perdió el control del centro del campo y el encuentro cayó en un desgobierno del que nadie se beneficiaba más que el Málaga. La Liga se le escurría entre las manos al Madrid, que tardó en recomponerse y en recuperar el mando. Hubo que esperar 25 minutos para ver el primer remate peligroso de los madridistas. Fue un gran cabezazo de Cristiano que exigió un paradón de Munúa para evitar el gol. Andaba ya por entonces 'tocado' el portugués, que había sufrido una durísima entrada de Jesús Gámez.

Lo intentó también de chilena Van der Vaart y así, con una posesión mayoritaria del Madrid y entre ocasiones del holandés y de Cristiano, se consumió la primera parte. El Málaga acariciaba su sueño y el Madrid comenzaba a digerir la realidad de otra temporada sin títulos.

Si la tensión era poca, se multiplicó nada más salir de los vestuarios, cuando Sergio Ramos cometió un clarísimo penalti a Caicedo, al que empujó sin ningún pudor cuando el balón volaba por el área del Madrid. De forma incomprensible no lo pitó Undiano y la indignación del Málaga creció dos minutos después, cuando Van der Vaart empató con un golazo a la media vuelta.

Con el gol en contra el Málaga se fue hacia arriba, en busca de la victoria, asumiendo el riesgo que suponía descubrirse atrás. Fue un riesgo inconsciente y nada calculado, porque de ahí al final la permanencia estuvo en un gol, en el que podía marcar el Madrid, que recurrió a Guti y Benzema, o el Tenerife. Un tanto de cualquiera de ellos hubiera mandado a Segunda al Málaga, que se agarró a la permanencia con más fuerza que nadie. El destino quiso que durante muchos minutos, la permanencia del Tenerife estuviera en manos del Madrid. La casualidad siempre se reserva un lugar protagonista en estas situaciones. Como canta Sabina, "la muerte es sólo la suerte con una letra cambiada". Y en esa letra, en esos tiros que fallaron Higuaín, Van der Vaart o Benzema, en esas ocasiones que malgastó el Málaga y en ese gol final de Alexis para el Valencia estuvo el destino de dos clubes.

Sobrevivió el Málaga, que llegó asfixiado al final y con un hombre menos, por expulsión de Duda después de un enfrentamiento con Xabi Alonso. En ese momento ya poco importaba, porque el Málaga había resistido todas las acometidas del Madrid y el Tenerife perdía en Valencia.

En La Rosaleda se despidió el Madrid de la Liga y es más que probable que se despidieran del Madrid, además de su entrenador, Manuel Pellegrini, dos de los hombres que entraron en la segunda parte, Guti y Drenthe. El holandés ha tenido un paso intrascendente por el club y el del '14' podría haber sido aún más brillante de lo que ha sido. Nunca nadie desperdició tanto talento como Guti, quien pese a todo ha sido uno de los mejores futbolistas españoles de la última década.