El Atlético pasea orgulloso la Copa por Madrid

Tras salir del Vicente Calderón a primera hora de la tarde, el Atlético de Madrid al completo se dirigió a la Catedral de la Almudena a ofrecer el título a la patrona de la ciudad. En una ceremonia oficiada por Monseñor Fidel Herráez, los rojiblancos ofrecieron el trofeo y un ramo de rosas a la Virgen. Allí se hicieron también la foto oficial a los pies del altar. Aquí terminaron las celebraciones respetuosas y nada más salir de la catedral se desató la locura de los jugadores.

A las 18:30 el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, recibió al equipo en el Ayuntamiento de Madrid. Allí, 2.000 aficionados pudieron entrar al patio del Palacio de Cibeles para celebrar el triunfo con los jugadores, que mostraron su felicidad cantando desde el himno del Atlético hasta el "campeones, campeones". Además, tuvieron un especial recuerdo para Asenjo, que estará de baja seis meses y que ni ayer ni hoy ha podido acompañarles en estos momentos tan felices para la familia atlética.

Poco después se dirigieron a la Puerta del Sol donde Esperanza Aguirre les recibió a las puertas del edificio de la Comunidad de Madrid con la bufanda del Atlético en el cuello. Tras la entrega de una placa conmemorativa al presidente del Atlético, Enrique Cerezo, por parte de la presidenta de la Comunidad, los jugadores se asomaron al balcón para saltar, cantar y gritar con los aficionados que les acompañaban en la calle.

La última parada de la caravana fue Neptuno, donde se agolpaban la mayor parte de los aficionados atléticos, cerca de 40.000. Allí Antonio López fue nombrando a sus compañeros uno a uno para que subieran al palco especial preparado para la ocasión. A cada uno lo definió con una pequeña frase, algunas de ellas fueron: "Antonio López, capitán; Valera, sacrificio; Raúl García, levantador de piedra; Joel, compañero; Jurado, el nerviosismo puro; Ujfalusi, el correcaminos de la banda derecha; Ibra, el potro negro; Assunçao, el que habla muy bien español; Domínguez, sin empanada que va; Perea, Perea selección; Cabrera, regaladle un despertador". Además fue el capitán el encargado de colocar la bufanda del Atlético a la estatua de Neptuno, para regocijo de todos los presentes, que llevaban 15 años, desde la temporada 95-96 cuando lograron el doblete, esperando poder celebrar un trofeo.

Todos los miembros del equipo han reconocido que esperan volver a hacer este mismo recorrido el próximo jueves, después de la final de la Copa del Rey ante el Sevilla; en el autobús descapotable en el que hicieron los recorridos se podía leer: Campeones, el sueño continúa. Se calcula que cerca de 200.000 aficionados han salido a las calles de la capital a celebrar el primer triunfo europeo rojiblanco tras 48 años.

La fiesta en Neptuno ha durado hasta las 21:30 horas, cuando el equipo ha abandonado la fuente para seguir celebrándolo en una cena privada que se alargará unas horas; como ha reconocido Reyes durante la celebración: "Algo haremos luego, no sabemos el qué, pero hay que celebrarlo de alguna forma".