Liga BBVA | Espanyol 2 - Osasuna 1
Un tango de despedida
Los argentinos remontan en el adiós de Raúl Tamudo.
El último partido de la temporada en Cornellà-El Prat comenzó en el minuto 62. Todo lo que acontenció antes de la entrada de Raúl Tamudo fue tiempo de espera y angustia. Sólo había un protagonista en la noche del 8 de mayo y en este histórico Espanyol-Osasuna, un partido que resume los 13 años de Tamudo en este club, siempre remontando, viniendo desde atrás con fuerza y talento, saltando todos los obstáculos que se pongan de por medio. Sólo faltó la guinda, ese gol 130 que tanto se le ha resistido y que no ha podido marcar. Lo tuvo en su bota derecha, en dos remates marca de la casa: duros, fuertes y planos, que desbarató Roberto. Pero sobre todo, lo tuvo en el minuto 82, cuando Coro le abrió las puertas del cielo con un pase a lo Iván de la Peña que Tamudo no pudo remachar. Le faltó ritmo, decisión... justificado después de llevar 153 días sin jugar. El Espanyol certificó ayer la permanencia con Tamudo sobre el campo. Una imagen familiar, que a partir de la próxima temporada la afición echará de menos.
El guión del partido fue casi perfecto. Osasuna puso de su parte y no fue una comparsa. Se dio un homenaje en la primera parte. Vadozc cabeceó a la red ante la sorpresa de Kameni en el minuto 5. El Espanyol no se había quitado aún las legañas y ya había recibido un golpe. Pochettino apostó por Moisés de central y Forlín de mediocentro. Los papeles invertidos, pero al técnico se le leyó la letra pequeña: tiene más confianza en el argentino que en Moisés para ocupar esa posición. Por ahí pueden ir los tiros la próxima campaña.
Desubicado y muy impreciso con la pelota, el Espanyol no paró de concederle ocasiones a su rival. Puñal, Azpilicueta y Calleja pudieron abrir más la herida que sólo cicatrizó tras el descanso, cuando Verdú se liberó, Osasuna se relajó y el Espanyol espabiló.
En dos minutos, el Espanyol le dio la vuelta al partido. Forlín remató con una excelente volea un balón suelto en el área después de un córner y Osvaldo, de brillante jugada personal, hizo el segundo en pleno éxtasis y se confirmó como el pichichi del equipo. Coge así el relevo de Tamudo, que lo había sido en nueve de las últimas diez temporadas.
Los argentinos tocaron un tango con sus dos goles para despedir al ex capitán, que salió a hombros, llorando, y animado por una afición que nunca la olvidará. Habrá otro Espanyol. Esta es la última crónica perica con Tamudo de protagonista.