Chapín busca el milagro

La limpia de invierno rescató al Zaragoza de las miserias. Tocaba fondo en enero, pero poco a poco fue saliendo del pozo. La imagen de Colunga celebrando su gol de penalti el pasado miércoles ejemplificó el triunfo a una reacción exitosa. Hoy, en Chapín, feudo de un milagro que no acaba de consumarse, aunque ilusione, acude el equipo aragonés con la salvación virtual atada, y con sólo un 0'4 por ciento de posibilidades de acabar en el fondo de los fondos.

La reacción de Gorosito se ha cimentado en una buena planificación, en recuperar al equipo en lo físico y en lo anímico, y en la confianza en una plantilla que en Segunda fue capaz de sumar el año pasado 82 puntos, que no es poco. Sin embargo, los refuerzos de invierno no han causado el mismo efecto rejuvenecedor en la plantilla. Miguel Ángel Rondán, actual director deportivo pese a estar en el alambre, tenía atado al propio Colunga para que acabase en el Xerez la temporada. Al final, la lentitud del concurso de acreedores aplazó la llegada. ¿Qué habría pasado si el canario hubiese vivido la resurrección de los azulinos? Pregunta que queda en el aire.

Proeza.

Sea como fuere, la realidad es la que es. El partido de esta noche en Chapín sólo tiene una cara para el equipo local. Tiene que ganar, y la semana que viene también al Osasuna. Y esperar. Las posibilidades de descenso del Xerez son del 99 por ciento, pero en Chapín se cree todavía en el milagro de los milagros, y hoy, en plena Feria del Caballo, el estadio se va a llenar. Por apoyo que no quede.

El equipo azulino volverá a cambiar de esquema y se encomendará al estado de gracia de Bermejo, y a la movilidad de Calvo, Orellana y Armenteros. Keita, que ya cumplió sanción, no ha entrado en la convocatoria. Es el castigo de Gorosito por su autoexpulsión ante el Almería. Por su parte, los de José Aurelio Gay salen para certificar matemáticamente la permanencia e irán a ganar. El técnico ha querido que viaje hasta Jerez toda la plantilla y dará la convocatoria justo antes de partir hacia el estadio. El regreso al eje de la defensa de Jarosik está cantado.