El tren de Segunda pasa por Zorrilla

El drama del descenso se vivirá en Zorrilla como en ningún otro estadio. No faltará de nada. Sólo poder verlo en 3D. Valladolid y Racing se juegan la salvación con el pesimismo por montera, el estadio rozará el lleno gracias a las entradas populares del club organizador (cinco euros) y a la caridad del visitante (autobuses para sus peñistas a un euro). Y, para colmo, dirigirá este gran thriller un colegiado que no ha visto a ninguno de los dos equipos ganar este curso, cuando hoy es lo único que vale.

Si las hinchadas, como se suele decir cuando hay que apelar a la épica, serán el jugador número doce; los transistores serán tan importantes como el balón. El Valladolid puede salir del pozo si gana y no lo hace el Tenerife, pero la idea más extendida en la capital castellana es que si no desciende tras este duelo, porque el Racing no dé continuidad a su racha en Pucela (ganó en las últimas tres visitas), agonizará en la jornada final si Barça y Madrid continúan retándose.

El Racing tampoco será ajeno a lo que suceda en Getafe o Tenerife, aunque disimula porque depende de sí mismo. Si gana y suma el Almería en Canarias, salvado. Si empata, recordará que su amigo Preciado visita El Sardinero en el último partido. Sólo si pierde, tendrá dentera y deberá poner velas.

Los onces.

Clemente será más atrevido que en el Calderón e incluirá a Nauzet como revulsivo. Portugal, por su parte, alineará a Toño por Coltorti, y lavará la cara de su zaga con Crespo y Christian. Se espera más miedo que fútbol, y sobre todo angustia y emoción. Por eso sería recomendable no olvidarse el desfibrilador.