Liga Adelante | Las Palmas
Márquez vive un drama: no ha marcado en 2010
Desde que llegó a la Unión Deportiva aseguraba números luminosos como referencia ofensiva. Pero los tiempos han cambiado para mal. Su último acierto data de diciembre y tampoco le acompaña su pérdida de rango (es suplente) y la pésima trayectoria del equipo.
Fue una de las noticias colaterales del partido ante el Real Betis. Importante porque el personaje lo es. Trascendente también por su magnitud, inédita y del todo inesperada. Marcos Márquez lleva desde diciembre sin marcar un gol. Un dato sangrante y que recobra actualidad después de que el capitán de la Unión Deportiva malograra un penalti, ocasión más que propicia para zanjar una sequía que está dinamitando su prestigio. Los delanteros viven de lo que viven y Marcos, que es hombre de área como pocos, va ya camino de los cinco meses seco de aciertos. De ser inamovible como en años anteriores, el nueve ejerce ahora de habitual suplente, alimenta murmullos en la grada y ha perdido ascendente en favor de Guerrero o Rondón, compañeros más afinados en labores de finalización y que le han relegado, casi de manera definitiva.
Márquez sufre una sequía feroz. Desde que alzara los brazos el 19 de diciembre pasado para celebrar su tanto al Celta, todo lo que ha venido después, en el apartado individual, ha servido para amontonar minutos y desaciertos en grado proporcional. Antes había atinado frente al Cartagena (31 de octubre) y Castellón (21 de noviembre). No acabó 2009 con números para presumir y, desde luego, lo acumulado en este 2010 llama a la preocupación porque, exceptuando dos años en el Córdoba, y con mucho menos protagonismo que ahora (ver cuadro estadístico adjunto), nunca antes se había plantado a estas alturas del curso son similares parámetros.
"No tengo que callar bocas", aseguró recientemente Marcos Márquez en una entrevista a AS. Respetuoso con las críticas que ha recibido y al amparo de un contrato que finaliza en junio de 2012, el ariete sevillano confía en adecentar sus números en este tramo final de temporada e iniciar el curso venidero con otro aire. Porque emigrar, después de rechazar el año pasado algunas ofertas de Primera y con su cartel devaluado por lo descrito, está descartado.