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Europa League | Liverpool 2 - Atlético 1

Forlán pone a tiro el doblete

Un gol del uruguayo en la prórroga mete al Atleti en la final de la Europa League. Aquilani y Benayoun pusieron 2-0 al Liverpool. El Fulham será el rival

<b>DELIRIO ATLÉTICO.</b> Agüero, Salvio, Forlán, Simao, Camacho, Domínguez, Assunçao y Reyes celebran en Anfi eld, con los seguidores atléticos, el pase a la fi nal de Hamburgo
DELIRIO ATLÉTICO. Agüero, Salvio, Forlán, Simao, Camacho, Domínguez, Assunçao y Reyes celebran en Anfi eld, con los seguidores atléticos, el pase a la fi nal de Hamburgo

Fue como tenía que ser: agónico, histérico, enrevesado, cuesta arriba... Fabuloso. El Atlético se metió en la final de la Europa League gracias a un gol de Forlán en la prórroga, cuando los rojiblancos estaban eliminados y Anfield agobiaba como si se jugara en una caja de cerillas ardiendo. 2-0 abajo, minuto 102, la jugada se quedará grabada en la memoria colectiva colchonera: Reyes se adelanta a Johnson, pisa área por la derecha y pone un pase sutil, suave, perfecto con el exterior. Y allí llega Forlán, desbocado, que la pega con el alma. No la suya, la de una afición que llevaba 24 años esperando este momento. Boooooom. Reina ni la ve pasar. Gol. Gol. Gol.

Fue el final a una película que empezó dos horas antes con un Atleti sin tensión y un LIverpool lanzado por Anfield. A los 10 segundos, dos toques desde el saque de centro, Benayoun se plantó ante De Gea que hizo de sí mismo: porterazo. El asedio fue rápido, sostenido y violento. Tres córners en un minuto y 15 segundos, un cuarto de hora sin que el Atleti supiera que había vida más allá de la línea de mediocampo.

Benítez colocó a Mascherano de lateral y metió más talento con Aquilani junto a Gerrard, Kuyt llegó a tiempo para jugar de nueve-percutor y el Liverpool fue otro al del Calderón. Salvo alguna ocasión aislada, como un disparo lejano de Raúl García que Reina sacó con apuros, la primera parte fue red. Kuyt remató arriba una magnífica jugada colectiva, Agger marcó en fuera de juego y De Gea se hartó a descolgar balones que ponían histéricos a todo el mundo atlético menos a él. Pero al filo del descanso, Aquilani castigó la poca intensidad rojiblanca con un remate precioso e imparable a la media vuelta. Todo empezaba de nuevo.

Mejoría.

En el descanso, Quique logró transmitir a sus futbolistas que en estas alturas no cabe la tibieza y el Atleti fue otro en la segunda parte. Agarró el balón y controló, sin picante pero con calma. Poco a poco, el "Yo te quiero, Atleti" empezó a escucharse más que el "You'll never walk alone". El Liverpool se fue quedando sin más recurso que el pelotazo frontal, donde Domínguez y Perea fueron dos colosos toda la noche.

Sin embargo, a Kun, Reyes, Forlán y Simao siempre les faltaba un pelo y las ocasiones no llegaban, por lo que el partido se dirigió plácidamente hacia una prórroga a la que el Atleti, dominando y más fuerte físicamente, llegó optimista. Y como era de esperar, el Liverpool marcó nada más empezar. Benayoun aprovechó el único despiste de la defensa para batir a De Gea.

El Atleti se encontraba ante la prueba de carácter definitiva. Hundirse y bajar los brazos, olvidar el fútbol y tirar de pelotazos o sacar su talento y ponerse a jugar. Eligió lo último y eso le hizo grande. Jurado casi marca con un gran disparo y, de inmediato, llegó el gol de Forlán. ¡U-ru-gua-yo, u-ru-gua-yo!

Quedaba un mundo en forma de 18 minutos y, aunque el Liverpool ni tiró, el sufrimiento psicológico fue bestial, esperando un Schwarzenbeck que nunca apareció. Al acabar llamé a mi padre y tenía un tensiómetro puesto, pero no paraba de reírse. En serio. Le sobraban los motivos: el doblete espera.