LIGA DE CAMPEONES | LYON 0 - BAYERN 3
Robben vuelve al Bernabéu de la mano de Olic
El croata certificó el pase a la final de la Champions League del próximo 22 de mayo con tres goles en el estadio de Gerland. El Lyon se mostró incapaz de llevar las manijas del juego. Buen partido de Altintop en la distribución y Cris se autoexpulsó en la segundo mitad.
Ni el empuje del público del Gerland, ni la caza a Robben ha sido suficiente para alcanzar lo que hubiera sido la primera final de Champions para el Olympique de Lyon. Los franceses se bloquearon en el partido más importante de su historia y todo porque el Bayern de Múnich decidió atacar a su rival de la misma forma que ellos mismos lo habían hecho a rivales como el Real Madrid, con contragolpes certeros. La necesidad de jugar contra el crono y dominar el balón resultó una batalla que el Lyon no pudo librar con soltura y la burbuja instaurada en la ciudad francesa explotó por culpa de un Bayern serio en defensa, rápido a la contra y certero de cara a puerta con un Olic matador que se planta en la final con siete goles en el zurrón, uno menos que Messi.
El espectacular ambiente en la grada de Lyon tensionó a ambos conjuntos en el inicio lo que llevó a alguna entrada a destiempo e imprecisiones como la de Cris al tercer minuto por culpa de un resbalón en el peor momento y lugar posible. El tropiezo lo aprovechó Olic para robar y dejar a Muller solo con Lloris pero al alemán se le hizo enorme el arco y falló uno de los remates más fáciles para un delantero.
El aviso teutón no agarrotó a un Lyon incisivo por la banda izquierda y ágil en los movimientos de Lisandro en la presión, que hoy lidiaba ante el gigantón belga Van Buyten, pero los martillazos parecían más sonoros cuando los asestaba el equipo muniqués con contragolpes potentes.
Esas contras fructificaban gracias a los regalos franceses en la salida del cuero que Altintop agradecía con una sonrisa de oreja a oreja. El turco promovió todos los descaros ofensivos con rapidez pero el Lyon sabía que en algún momento buscaría la cara de Robben para seguir ganado terreno galo. Ahí es donde el Olympique desplegó su inteligencia, utilizando un hombre que hiciera de garrapata sobre el holandés y la desagradable tarea recayó sobre Cissokho.
Pero al Bayern no le quemaba el crono y aguantaba el cuero atrás el máximo tiempo posible para buscar después desplazamientos largos a la espalda de la defensa francesa. Vamos que al Lyon le estaban jugando de la misma forma de la que se ha nutrido para llegar hasta las semifinales, con contragolpes, y verse en la necesidad de llevar el ritmo de juego mermó las intenciones de los de Puel hasta el punto de verse sorprendido a los 26 minutos de partido. Una gran triangulación entre Van Bommel y Robben acabó con un pase al hueco en el perfil izquierdo. La misma jugada del tercer minuto pero intercalando papeles. Esta vez Muller fue el que se incorporó, mostró su corpulencia y regaló un pase de la muerte para que Olic únicamente tuviera que empujar el balón y acercar todavía más la final.
El aturdimiento incapacitó a los lioneses todo lo que restó de primer tiempo, era como si de repente se hubiera reventado la burbuja europea y el golpe hubiera entumecido las piernas francesas, disparando los nervios dando lugar a errores que en otros partidos se hubieran rentabilizado. Puel se veía en la obligación de mostrar su cara más valiente para ir en busca de los tres goles que separaban de la final. Ni se lo plateó, dejo a Cissokho en el banco y dio entrada al atacante Bafé Gomis, que tuvo su oportunidad nada más entrar pero su zapatillazo se perdió por el cielo galo. Por su parte, Van Gaal quitó al 'tocado' (Van Buyten) por otro (Demichelis).
Cris se borra antes de tiempo
Tampoco parecía ser un problema el tener que tirar de jugadores renqueantes porque el Olympique seguía atropellado y según pasaron los minutos esa falta de luz en la creación se transformó en nerviosismo en la parte zaguera lo que llevó a Cris a la ducha por autoexpulsión. El brasileño, dubitativo desde el inicio, hizo una dura entrada sobre Olic, se ganó la amarilla y pidió la segunda aplaudiendo en la cara de Busacca.
Ahora había dos posibilidades. O el Lyon sacaba orgullo y maquillaba la eliminatoria o el Bayern no se confiaba por la superioridad y pegaba el último bocado a unas semifinales con final escrito. Llegó el mordisco y lo volvió a dar Olic gracias a un gran pase al hueco de Altintop para certificar el pase a la final de Liga de Campeones. Con el billete sellado, el Bayern aprovechó lo que restaba de partido para hacer un guiño a Inter y Barça, alardeando del armamento con el que viajará al Santiago Bernabéu el próximo 22 de mayo. En ese periodo de ostentación, el croata Olic siguió dando bocados con su hat-trick, acercándose a Messi en la tabla de goleadores de la Champions con siete goles, uno menos que el argentino y los mismos que Cristiano Ronaldo.
A la espera de rival, el Bayern de Múnich ya piensa en su quinto título continental. Del equipo alemán, Van Gaal ha dirigido tres finales, Van Bommel ha conseguido alzar el trofeo en 2006 con el Barcelona y Butt, con el Leverkusen, vio como el Real Madrid la ganaba en Glasgow.