Víctor comienza hoy su segunda terapia

Cuando el colegiado Amoedo Chas pitó el final del partido entre el Betis y el Elche, las caras del beticismo reflejaban un auténtico drama. Jugadores, técnico, directivos y aficionados sentían las mismas sensaciones: frustración y pesimismo. Hoy, más de 24 horas después del 0-3 endosado por el Elche, el haz de luz positivista se agranda un poco al mirar la clasificación. El Betis, al margen de sensaciones, está a sólo dos puntos de los puestos de ascenso, quedando por disputar nada menos que 24, por lo que sería demasiado aventurado apostar por algún equipo en concreto para subir y no contar en las quinielas con los de Víctor. Ese es el sentir del vestuario, que ha hecho piña tras el varapalo del sábado y se ha fijado como meta ganar al menos seis de los ocho encuentros que restan.

La distancia con el ascenso contrasta con la imagen ofrecida por el Betis el sábado y ya apuntada en las últimas comparecencias, independientemente de los resultados. "La ilusión está intacta", intenta hacer creer Víctor Fernández, quien deberá enfundarse de nuevo el disfraz de psicólogo para reactivar a una plantilla tocada tras el golpe sufrido frente al Elche. El enfermo vuelve a presentar los mismos síntomas y el técnico reanudará a partir de hoy su terapia particular.

En el vestuario se echan cuentas, aunque casi todos coinciden en mirar sólo al Betis y apostar por no prestar excesiva atención a los rivales. Lo único cierto a estas alturas es que el Betis no ofrece garantías de poder llegar a las cifras previstas. La baja de Sergio, la futura marcha de Emaná y el estado físico de Mehmet zarandean la fe bética, esa que recuperaron Víctor y Pereira y que ahora se convierte en el único argumento sólido del Betis.

Peor que hace diez años y mejor que en el 94

El final de Liga que le espera al Betis parece destinado a ser agónico, tanto si se consigue el objetivo como si se fracasa. Hace diez temporadas, el Betis era tercero de Segunda con tres puntos de ventaja respecto al cuarto. Esa temporada ascendió a Primera. En 1994, a falta de ocho jornadas, el Betis de Serra Ferrer era sexto con 36 puntos, a tres de la segunda plaza de ascenso directo y a uno del segundo puesto de promoción. Eso sí, con sólo dos puntos por cada victoria.