A dos pasos de la gloria

Semifinal europea en el Calderón. Da gusto escribirlo, pero no basta. Porque el Atlético afronta esta noche una oportunidad histórica de encarrilar el pase a una final continental, algo que no logra desde aquella dolorosa derrota ante el Dinamo de Kiev en el 86. Agüero ni había nacido. El añorado Kun, que cumplirá hoy sanción nivelando la ausencia de Fernando Torres, el hijo pródigo, para toda la eliminatoria.

Aun huérfana de las dos estrellas, a la eliminatoria aún le sobra brillo. Porque al Liverpool, 16 semifinales europeas con esta a sus espaldas, aún le quedan Gerrard, uno de los mejores futbolistas del mundo; Mascherano, el mediocentro defensivo de referencia; Reina, tres veces zamora de la Premier, y Benítez, maestro de la pizarra en eliminatorias ajustadas y sin alegrías como pinta esta. Y le respalda Anfield...

En el Atlético le toca a Forlán liderar la búsqueda de ese gol que haría feliz a Quique siempre que De Gea, ante otra de esas pruebas mayúsculas que afronta con naturalidad mutante, se vaya a casa a cero. Porque da la sensación de que un 0-0 dejaría satisfechos a los rojiblancos. Si ya es 1-0, fuegos artificiales. Pero intuyo que el Manzanares, tanto tiempo esperando y rozando el lleno, no estará de acuerdo con tanto cálculo e intentará empujar a los suyos hacia el desenfreno. This is Anfield, sí, y esto el Calderón.

Cantera.

Si esto sucede, los escuderos de Forlán serán Reyes, Simao y Jurado, que ocupará el puesto de Agüero aunque la grada se encendería el doble si Quique diera la alternativa a Borja, la joya de la cantera que entró en la convocatoria y esperará en el banquillo. Y bajo los focos estará también otro canterano, Domínguez, exageradamente castigado por Quique en El Madrigal, pero que hoy volverá a liderar la defensa como lleva haciendo con solvencia desde hace meses.

Sin Torres enfrente, la tarea se simplifica pues el Liverpool anda justito de pólvora. Salvo que Benítez cambie medio equipo de sitio y sitúe a Kuyt como nueve, entrará N'Gog, que tiene más calidad que sangre y gol. En estas circunstancias, el mayor peligro llegará con las incorporaciones permanentes de Gerrard y la maestría red a balón parado. Y de la tensión del escenario, lujo y castigo. La gloria está a dos pasos y el Atleti no puede esconderse. A por ella.