Rossi tuvo más socios que Kun

El Villarreal jugó 90 minutos y marcó el doble de goles que el Atlético que sólo disputó 45. Justo y razonable. Así, los de Garrido se meten en zona europea a la espera de lo que hagan hoy Athletic y Getafe. La remontada silenciosa de los amarillos, que eran decimosextos tras la jornada 10, es más que reseñable. Y lo ha hecho a base de talento y valentía, como se pudo ver ayer en una alineación con tres delanteros puros y dos mediapuntas, sostenido todo por un Bruno sensacional en la destrucción y la construcción. Aún quedan centrocampistas como los de antes, que juntan en un sólo hombre al agotador doble pivote. Bueno para el fútbol.

La primera parte fue un paseo militar del Villarreal, ante un rival donde jugaron los de siempre como casi siempre últimamente. A los 2 minutos avisó Capdevila y a los 21, después de que Diego López desbaratara con una gran salida la primera conexión Reyes-Kun de la noche, marcó Godín, que devoró a Domínguez en un córner y remató con un recurso fantástico: taconazo inalcanzable para De Gea. Justo después Quique quitó al canterano, señalando como culpable a su mejor defensa del curso en una decisión sorprendente. Por lo menos.

El Atleti no reaccionó al 1-0. Cuesta entender el empeño de Quique en no rotar en Liga pese a que es evidente que gran parte de los titulares tienen la cabeza en otras cosas. Anoche sólo Kun, Reyes y De Gea salieron centrados desde el inicio. Tirar la Liga no es poner a los suplentes. Tirar la Liga es insistir en futbolistas muy cansados que se reservan sabiendo que el jueves tienen una semifinal europea, mientras Salvio, Camacho y compañía, que se dejarían el alma, lo ven desde el banquillo.

No hubo mejor ejemplo de la apatía del Atleti en la primera parte que el segundo gol del Villarreal, justo al filo del descanso. Ujfalusi perdió el balón por salir regateando del área y Assunçao hizo penalti a Cani con la suerte de que Mejuto no pitó. Entonces a los atacantes amarillos les dio tiempo a protestar unos segundos, a volver al juego, a que Llorente rematara provocando el paradón de De Gea y a que Rossi remachara a placer tras el rechace. Durante todo ese rato los defensas del Atleti se limitaron a mirar. Les faltó aplaudir el gol. Que De Gea no se quitara los guantes y la emprendiera a mamporros le convierte en candidato al Nobel de la Paz.

Reacción.

En el vestuario Quique puso las pilas a los suyos y, al fin, el Atleti llegó al partido. En el Villarreal, Bruno seguía controlando el ritmo y Rossi metiendo miedo, pero sus compañeros les fueron dejando solos mientras Agüero, enchufadísimo, crecía. En el 62' se la puso perfecta a Reyes, cuyo remate lo desvió a córner Diego López y dos minutos después se invirtieron los papeles: buen pase de Reyes, Kun controla en carrera con el pecho y marca con la derecha. Buen gol.

El 2-1 dio vidilla al Atleti, que durante unos minutos se creyó capaz de remontar. Tiago tuvo el empate en el 70' con un remate rozando el palo, pero la entrada de Pires y Cazorla dio aire al Villarreal y los últimos minutos fueron relativamente apacibles para los locales, que sacaron tres puntos sin demasiada resistencia. Mientras, al Atleti más le vale eliminar al Liverpool para que tanto papelón caiga en el olvido.