Liga BBVA | Atlético 1 - Xerez 2
El Atleti duerme y el Xerez sueña
Los de Gorosito se ponen a 6 puntos de la salvación. Apatía total de los rojiblancos, que pierden el tren europeo. Goles de Bermejo, Forlán y Armenteros
Si al Atleti le dejaran no disputar los seis partidos de Liga que le quedan, le harían un favor. A sus futuros rivales, no. Porque visto lo visto ayer da la sensación que los tres puntos ante los rojiblancos van a ser una ganga. Con 54 partidos en sus piernas y dos títulos aún en el horizonte, al Atleti se toma el asunto como un soltero contra casados con público y puede pagarlo caro. Con la derrota de ayer y el desplome del Sevilla, cada vez es más probable que tenga que ganar un trofeo para estar en Europa el año que viene. Ojo, que el actual optimismo puede acabar en tragedia por tanta desgana.
Justo lo contrario sucede con el Xerez de Gorosito, el primer caso conocido de resurrección por cabezonería: Estás muerto. No. Que sí, que no respiras. Que te digo que estoy vivo. Tonterías. ¿Sí?, pues mira como corro. Y se levantó y corrió como un guepardo. Tanto que ya tiene la salvación a sólo seis puntos cuando llegó a estar a doce. Si culminan el milagro, a Gorostio le ponen una estatua en Jerez junto a la de Lola Flores.
Las intenciones de cada uno se aclararon muy pronto. Primero, en el Atleti jugó Pernía, que había disputado 45 minutos en toda la temporada y no seguirá la próxima. Teniendo en cuenta que el titular es Antonio López, el Tano no desentonó (aunque el balón tonto que perdió a los tres segundos hizo prever grandes emociones), pero el mensaje de Quique era evidente: esto importa, pero menos.
En cuanto al Xerez, lo más llamativo no fue la victoria, fue el estilo. Siempre jugó la pelota sin prisa y con criterio, buscando llegar por el toque y la inteligencia y no por el patadón y la fortuna. Y así marcó a los 9 minutos. Presionado en mediocampo, Bermejo salió del lío con un cambio de juego a Orellana, que abrió aún más a Casado cuyo magnífico centro desde la izquierda lo cabeceó Bermejo con una parábola perfecta e imparable para De Gea. Gran gol de equipo bueno.
El golpe desperezó al Atleti, que dio dos zarpazos de tigre perezoso al que molesta un cachorro. Renan evitó la primera embestida individual de Kun, pero sólo pudo ver pasar el posterior misil de Forlán a la escuadra. Tres minutos le costó al Atleti empatar, lo justo para no perder el sueño y volverse a dormir.
Poco peligro. El Xerez siguió dominando hasta el descanso, pero el talento puro hacía que los escasos arreones rojiblancos fueran más peligrosos. Gioda, impecable, fue una muralla, incluida una mano en un remate de Tiago que ya entraba y Teixeira no señaló. Fue la ocasión más clara del Atleti, que jugó la segunda parte al trote, como si el empate le sirviera.
El Xerez, que había reculado algo, se volvió a crecer gracias a Orellana, habilidoso y listo, que encontró un filón en la experimental defensa rival. Se iba contra tres y siempre salía triunfante. Quique se nacionalizó italiano cuando, aún con 1-1, quitó a Raúl García para meter a Assunçao y el fútbol castigó su conservadurismo y el pasotismo de sus jugadores con el gol de Armenteros, que cabeceó una falta perfecta de Orellana. Justicia divina. Y así acabó la cosa, con el muerto cantando y bailando mientras el vivo parecía un cadáver. Sus destinos aún no están escritos y el guión puede deparar sorpresitas al final.