Torres es seria duda para la ida del Calderón

Parece ya una maldición, pero salvo sorpresa, Fernando Torres se perderá por segunda vez la posibilidad de regresar con el Liverpool al Calderón. El reencuentro soñado del Niño con la que fue su hinchada durante siete temporadas está casi descartado por culpa de un golpe recibido el jueves pasado ante el Benfica en la rodilla derecha, la misma de la que fue sometido a una artroscopia de menisco el pasado 16 de enero, hace ya casi tres meses.

La noticia de su nueva lesión ha encendido todas las alarmas en Liverpool, con el que no pudo jugar el pasado domingo en la Premier, aunque una ecografía realizada en Inglaterra ha disminuido la preocupación en torno a la gravedad de la dolencia. El internacional español viajó ayer a Barcelona para ser examinado por el doctor Cugat (especialista en cirugía articular) y recibe desde ya un tratamiento conservador, aprovechando además los dos días de descanso que tienen los hombres de Benítez hoy y mañana. El delantero guardará reposo durante los próximos días y, en función de cómo progrese, se le realizará una nueva evaluación al final de esta semana.

Y es que el destino parece no querer que Torres pise de nuevo el césped del Calderón. En octubre de 2008 sucedió algo similar, cuando en un partido con España ante Bélgica de clasificación para el Mundial de 2010 sufrió una rotura fibrilar que provocó que se perdiera el partido de la fase de grupos de la Champions en el Manzanares. Ahora, año y medio más tarde, la suerte le vuelve a jugar una mala pasada.

La buena noticia para el delantero es que, salvo contratiempo inesperado, no corre riesgo para la vuelta en Anfield del 29 de abril y, consecuentemente, tampoco existe ningún peligro para el Mundial de Suráfrica. El duelo de ida en el Calderón, eso sí, perderá brillo y será marcado por la ausencia de las máximas estrellas de ambos equipos: Agüero en el Atleti (por sanción) y el propio Torres, ambos referencias de dos clubes que están a un solo paso de la final de Hamburgo.