Suicidio che en Mallorca

Emery calificó el partido de anoche como el más importante de la temporada y así se lo tomaron... los jugadores del Mallorca, que barrieron al Valencia de un duelo que en media hora pudieron haber liquidado con una goleada sonrojante para los ches que salieron dormidos e indolentes, como si la batalla no fuera con ellos justo el día en el que podían certificar su presencia en la Champions alejando al quinto hasta los 11 puntos. Lejos de eso, sienten ahora el aliento isleño a sólo cinco puntos en una semana clave en la que le esperan el Athletic y la visita al Bernabéu. Llega la preocupación a Mestalla.

Volviendo a las palabras de Unai, cabe preguntarse que si era el partido más importante de la temporada por qué sentó a sus dos mejores hombres. Villa parece que arrastraba unas molestias (aunque calentó como el que más) y Silva entró en la segunda mitad. La concesión inicial hizo que Manzano se frotara las manos y animara más a los suyos, que respiraban tranquilos sin tener dinamita delante porque Zigic es otra cosa y el Chori Domínguez aún no ha aparecido.

El que sí lo hizo es el otro Chori, el mallorquinista, que a los seis minutos puso en evidencia el entramado defensivo che. Alexis abrió una autopista que Castro aprovechó para tumbar a César en su único borrón en otra noche grande del meta de Coria. Si no hubiera sido por él, el Valencia hubiera salido del Ono Estadi con media docena en el saco. Y era así porque con tantos futbolistas fuera de posición por culpa de las bajas, la zaga formada por Maduro o Jordi Alba es un flan y, cuando se retrasó a ese puesto Fernandes, la cosa empeoró hasta límites impensados. Tanto que el portugués firmó el tercer tanto local en un remate que certificó uno de sus peores partidos como che. Y ya es decir.

Con tantas facilidades, Webó campó a sus anchas, marcó el segundo y tuvo tres mano a mano con César que pudieron haberle dado el balón del partido a poco que su puntería estuviera a la altura de su físico. El camerunés no era el único que llegaba pues Varela (tirazo al larguero) y Castro seguían percutiendo por ambas bandas. Y mientras, Banega naufragaba en la medular y el Chori Domínguez no aparecía.

Espejismo. Jordi Alba recortó el marcador en el 46' y el Valencia soñó con un empate ficticio porque sus horrores defensivos le lastraban hasta hacerse acreedor de una goleada mayor y todo empeoró cuando Fernandes le dio aire al Mallorca con su autogol. Hasta el final se apeló al recurso de Zigic, cuyas dejadas creaban peligro. Pablo recortó a cinco del final y la providencia permitía al Valencia aspirar a un empate que tuvo Silva en el 94', pero hubiera sido demasiado premio para los suyos.

El detalle: Villa no jugó por molestias

Villa y Silva salieron del once inicial y, en el caso del Guaje, Emery explicó que estaba cargado en los isquios y que lo más prudente era no forzarlo. Por eso Villa no salió de inicio, aunque sí calentó. Silva sí entró en la recta final.