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Europa League | Atlético de Madrid 0 - Valencia 0

Pasa el Atleti, clama Valencia

Penalti claro no pitado a Zigic en el 86'. El Atleti dominó 80 minutos y Forlán perdonó. Al final, Villa tiró al palo y De Gea se lució. En semis, el Liverpool.

<b>BARULLO. </b>Los centrales rojiblancos Juanito y Domínguez saltan y chocan en la salida de un córner con los jugadores del conjunto che Fernandes y Maduro.
BARULLO. Los centrales rojiblancos Juanito y Domínguez saltan y chocan en la salida de un córner con los jugadores del conjunto che Fernandes y Maduro.

El Valencia murió en un minuto o, mejor dicho, le mataron. Le golpeó primero De Gea, con una mano prodigiosa a cabezazo a bocajarro de Zigic, y de inmediato el árbitro o, mejor dicho, el juez de área de nombre Rafati, que no vio un clamoroso penalti de Juanito al delantero serbio. El agarrón no ofrecía discusión y dejó rastro en la camiseta desgarrada de Zigic. Cómo no lo vio el juez de área es un misterio que sólo se explica asumiendo que con los árbitros, como con las ex novias, cuantos más juntes en el mismo recinto más posibilidades hay de que todo acabe en tragedia. Ayer lo sufrió el Valencia, que se fue indignado mientras el Atleti celebraba su regreso a la élite europea. Y ahora le toca el Liverpool de Torres para completar la fiesta de este año tan raro en el que ha pasado del fango al cielo en semanas.

Ayer, tras el espectáculo de la ida, el miedo devoró el partido. Nada más empezar, una arrancada de Kun acabó en un disparo rozando el palo, pero fue un espejismo. El Atleti esperaba porque tenía ventaja y el Valencia porque le bastaba un fogonazo de Villa o Silva. Y así transcurrió la primera parte, donde sólo un fuera de juego inexistente a Forlán cuando se iba solo y dos penaltitos que Meyer obvió (Jordi Alba a Ujfalusi y mano de Domínguez) dieron algo de emoción. El resto fue calma tensa. Muy, muy tensa.

Tras el descanso, el Atleti subió una marcha. De segunda a tercera, tampoco se crean, pero le habría bastado si Forlán, siempre contundente, no llega a ponerse poético en el minuto 48 cuando un pase de Assunçao le dejó sólo ante César. Con todas las opciones de este mundo y algunas de otros apostó por la más complicada: una vaselina que se fue fuera. El fallo fue grave, pero el Valencia acusó el susto.

Sin deslumbrar, pero con orden y consistencia, el Atleti empezó a rondar a César. Raúl García le avisó un par de veces desde lejos y, en el 65', Kun hizo de las suyas en la derecha y dejó un balón perfecto a Ujfalusi, que entraba en el área como un toro pero no logró convertirse en cisne cuando hacia falta. Su control se fue ligeramente largo y permitió al portero taparle el hueco y sacarle el mano a mano. Y tras el ¡uy!, ¡uy, uy, uy! En una contra, Forlán acabó disparando con potencia desde la frontal y, cuando el Calderón cantaba gol, César rozó con los dedos para desviar al palo. A veces sobreactúa, pero tiene los 39 años mejor llevados del planeta. Era el 75' y se acabó el Atleti.

Arreón final.

Emery metió a Zigic y cambió el panorama. Con los artistas Villa, Silva y Mata poco inspirados, el Valencia recurrió al músculo y le funcionó. El Atleti, desfondado y algo asustado, reculó y aunque su defensa le sostuvo con su recién adquirida solvencia, las ocasiones cayeron por su propio peso. Villa la tuvo a los 81' cuando astilló el larguero con todo a favor y el resto fue pavor en el Manzanares, con el paradón y el penalti del 86' como punto álgido. Pero ya nada cambió.

Ni siquiera la absurda amarilla a Kun (¿si Quique quería perder tiempo por qué no quitó a uno sin apercibir?) apagó la fiesta del Calderón. El Atleti vuelve a unas semis europeas once años después y su tantas veces vapuleada afición lo celebró como merece. Eso sí, a la del Valencia le deben una y gorda.