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Toquero

"Admiré a Zidane pues fue todo lo que no soy yo: elegancia, calidad..."

Gaizka Toquero (Vitoria, 1984) es el triunfo de la voluntad y de la sorpresa. Llegó de puntillas al Athletic y tardó poco en convertirse en un ídolo en la Catedral.

Tomás Guasch
<b>SIGUE VIVIENDO EN SU CIUDAD, VITORIA</b> Gaizka Toquero (en la imagen, junto a la estatua de Celedón) mantiene su residencia en Vitoria. Sólo cuando nieva se queda a dormir en Amurrio, de donde es su padre. Habrá quien diga que claro, dónde va a residir el lehendakari si no es en la ciudad del Gobierno Vasco. Es del Alavés, pero ya se ha hecho muy del Athletic.

Cuente cómo le fichó Caparrós, que tiene su guasa.

Va para año y medio. Jugaba en el Sestao y se organizó un triangular con el Barakaldo y el Athletic, Caparrós me vio y le gusté. Pero al ver mi cabeza pensó que era mayorcito, que andaría ya por los 28 años cuando en realidad sólo tenía 23 Blas Ziarreta (técnico rojiblanco) me tenía visto, claro, y después de aquellos partidos me siguieron en Las Llanas. Total, que me acabaron fichando.

Según Caparrós si decimos que se juega como se entrena nos referimos a usted.

Lo mío es de mucho desgaste, sólo así puedo dar el nivel. Si no estoy bien en lo físico no me da para jugar aquí, luego no hay secreto: no puedo dormirme. Sí, me entreno como juego. No sé hacerlo de otra manera ni me conviene.

¿Cuántos kilómetros corre por partido?

Unos doce.

Cifra de mediocampista.

Y una cuarta parte de una maratón de las muchas que ha corrido Martín Fiz, que es alavés como yo. Estamos en lo de antes: corro eso... o no juego.

El día que más a gusto corrió fue cuando la semifinal de Copa con el Sevilla, la vuelta, el 3-0 de San Mamés.

Sí, es el partido de mi vida. Habíamos perdido allí por 2-1, ellos son un equipazo y se dudaba de si remontaríamos. ¡Lo hicimos en media hora! Tengo grabado aquel día, con todo Bilbao en la calle, los alrededores del hotel llenos de gente ya a media tarde, el camino hacia el estadio... Era mi primera gran experiencia y, bueno, ¡cómo explicar el triunfo, salir a hombros de San Mamés, que el estadio me dedicara cantos!

¡Ari, ari, ari Toquero lehendakari! ¡Ni Messi ni Agüero, Gaizka Toquero! ¿Con cuál se queda?

¡Con todos! ¿Cómo iba a pensar que un día San Mamés corearía mi nombre? Oírlo, ¡uff! Impresiona, amigo

Total, que no hay que nacer con las habilidades de cuna de esos dos para vivir la grandeza del fútbol. ¿Se considera un ejemplo?

Hay trabajo y suerte. Que se fijen en ti tiene esa cuota de fortuna, hay mucho futbolista con la misma o más dedicación y no se le da que un entrenador de un club importante le eche el ojo. Con 23 años estaba en Segunda B y no en un equipo puntero. Se lo agradezco a Caparrós y pienso que lo más difícil está por llegar, que es el mantenerme.

¿A qué futbolista admiró?

A Zidane, porque fue todo lo contrario de lo que soy yo: la elegancia, la calidad Tengo todos los dvd suyos y lamento muchísimo no haber coincidido con él jugando, hubiera sido un gran día para mí.

Pero el Toquero de hoy es mucho mejor futbolista. ¡Hay centros suyos que los firmaría el gran Chechu Rojo!

Es que tenía mucho que aprender y sigo teniéndolo. Todo cambia en Primera: la velocidad y calidad de los jugadores, el ritmo de juego de los equipos Entrenarte con el Athletic ya te hace mejor, por supuesto que soy más futbolista que cuando llegué.

¿Su ejemplo confirma que darle cancha a la cantera es tiro fijo?

Por aquí, los vascos digo, se trabaja bien. También en otras partes, en el Espanyol por poner un ejemplo. Y si un club mima a los chicos recoge frutos. Con Díaz de Cerio y Castillo coincidí en los juveniles de la Real Sociedad.

Eso: ¿la Real no le vio?

Cuando estaba allí de juvenil sólo subieron seis jugadores al Sanse, en Segunda B. El club pensaba formar un equipo para Tercera y me ofrecieron jugar en él, pero apareció el Alavés, yo soy y vivo en Vitoria y pensé que para hacerlo en una de esas categorías me quedaba en casa. Mire, nunca pensé en que iba a llegar a nada importante en el fútbol: jugaba, me gustaba, quizá mi techo iba a ser la Segunda B que ya supone un paso importante. En Tercera hay mil grupos, en Segunda B sólo cuatro en toda España, no es tan sencillo. Pero el fútbol es muy raro, del Alavés pasé al Lemona ¿y sabe cuántos goles marqué?

¿Ocho, diez?

¡Ninguno! Y ya llevo seis en el Athletic. Mi currículo en eso es seguramente único en el mundo: he metido más goles en Segunda A y Primera que en Segunda B. No sé Igual el caso de Pedro, en el Barça, es parecido. No se me ocurre otro.

Y el que debe ser muy colega suyo es Llorente, menudo chollo tiene con usted.

¡No, ja, ja! Si acaso digamos que cada día nos compenetramos mejor. Esa peinada suya de cabeza y yo entrando a rematarla se está convirtiendo en un gol típico nuestro.

Del Bosque no se perderá esta entrevista: Llorente al Mundial, claro.

El nivel de la Selección es altísimo y Fernando está demostrando que da ese nivel. Ojalá lo veamos allí, lo merece.

Muniain es de ese estilo, en cuanto a calidad me refiero.

Sí, claro. Tiene una capacidad increíble, yo no he visto una cosa igual a su edad.

En lo que queda de Liga se enfrentarán ustedes a Barça y Real Madrid. De momento no le han ganado al Athletic. ¿Qué le dice?

No nos ganaron en San Mamés, si les frenamos aquí fue a base de trabajo y buen juego, luego la posibilidad de sacarles más puntos existirá aunque no es lo mismo enfrentarlos en el Camp Nou y en el Bernabéu. Pero sí, de momento el Athletic no ha perdido con ellos.

Usted no se enfrentó a Zidane, pero si a Cristiano. ¿Es el broncas que algunos dicen?

No lo vi así. Sí descubrí un jugador de muchísimo carácter, de esos que no se vienen abajo nunca, un tío muy competitivo que sí es verdad que se enfada, pero consigo mismo lo primero. Me sorprendió lo que trabaja, su potencia, su golpeo. Lo que no comparto es que se le compare con Messi, pues no tienen nada que ver. Hablamos de un jugador pura técnica, el argentino, con otro que es pura potencia. Son diferentes.

Presume de alavés: ¿esos son sus colores?

Me tiran, claro. Y ojalá asciendan y el club vuelva a los mejores tiempos. Pero cuando uno mama el Athletic Yo antes le seguía, me gustaba si ganaba, pero hasta ahí. Cuando le conoces por dentro es algo muy especial. Lo que he vivido supera lo que había imaginado, es un club único.

Usted no jugó siempre de delantero, me cuentan.

Empecé de lateral derecho, nueve goles metí desde esa posición.

¡Hemos perdido la versión vasca de Dani Alves, el único futbolista que corre lo que usted, no admito que más!

¡Ja, ja! El caso es que José Álvarez, que está hoy en la selecciones de chavales de Euskadi, fue quien me adelantó a la mediapunta y más tarde, Carlos Pouso, en el Sestao, me puso de segundo delantero. Y en el Lemona, con Iñaki Alonso, ahora en el Real Unión, también jugué arriba.

Llegó, le dieron el dorsal número 2 y no lo ha soltado. ¿Por los viejos tiempos?

No, porque estaba libre y había, además, una leyenda de gafe, de lesiones de gente que lo había llevado. A mí no me importó: ¡llegaba al Athletic, como si me daban el 99! Este año quedó libre el 8, pero decidí continuar con el 2, me ha dado suerte.

¿Y estudia usted algo?

Acabé bachillerato, cursé un ciclo de Mecanizado y otros de Deportes y me matricularé en IVEF o en Magisterio Deportivo. Sí, voy a estudiar. Aunque ganara muchísimo dinero en el fútbol no me veo metido en casa con treinta y pocos años.

Sí señor, es usted todo un león. Felicidades.

¡Ja, ja! Procuro, gracias.