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Hugo Sánchez | Las tertulias del Asador Donostiarra

"Para un futbolista del Atlético, ganarle al Madrid es salvar el año"

HUGO SÁNCHEZ analiza en el Asador sus derbis madrileños. El mexicano, que reside en Almería tras dirigir al equipo andaluz, ha vivido la cita desde ambos bandos. Hoy nos relata sus vivencias como jugador rojiblanco. Mañana, como madridista.

Hugo, Roncero y Manolete
jesús aguilera

Hugo Sánchez Márquez (Ciudad de México, 1958) ha tenido el privilegio de vivir el gran derbi madrileño desde ambas orillas, primero la del Atlético y luego la del Madrid. Ocho de Liga ha jugado en cada equipo. El Manito vistió cuatro temporadas de rojiblanco y casi siete estuvo, ya como futbolista consagrado, en las filas del club merengue, que le fichó del Calderón en 1985. Desde el primer momento, Hugo dejó su sello de carácter, incordio y, sobre todo, gol, mucho gol, en los encuentros de máxima rivalidad entre atléticos y madridistas. El mexicano pasó por el Asador Donostiarra y comenzó analizando sus primeros derbis, los que vivió desde la óptica del Manzanares, y también todo lo que rodeó su etapa como colchonero. "En el Atlético se viven los derbis muy distinto a en el Madrid. Para el jugador rojiblanco el duelo contra el Madrid es el más importante del año, se toma con la máxima mentalidad, con una tensión que no se siente en ningún otro encuentro de la temporada. Es el partido del año. Si ganas, estás liberado de casi todo, parece como si justificaras lo demás".

54 goles en 111 partidos de Liga hizo Hugo vestido de rojiblanco. Dos de ellos al Madrid en ocho derbis ligueros. "Mi primer tanto al Madrid lo hice de penalti, en el Calderón, y luego recuerdo meter otro en un 0-4 en el Bernabéu que es muy recordado. Aquel gol tuvo protagonistas especiales para la afición colchonera: fue tras un saque de banda de Marina que Arteche peinó en el primer palo y yo la metí en el segundo".

"Hay también malos recuerdos: como un derbi con el Atlético en el Bernabéu donde sufrí la única lesión muscular de mi carrera, un desgarro en un sprint con Camacho. No volví a tener lesiones de gravedad hasta mi famosa rotura de cruzado en el 91. Y también me acuerdo de un empate con el Atlético allí en el que nos jugábamos mucho los dos equipos, pero no anoté y acabó 0-0".

"Benito me marcó en los dos primeros derbis contra el Madrid. Me tocó alguna entrada suya de esas duras, pero ya le conocía y también le dejé un recadito... Ahí estaban Stielike, que era vecino mío en Pozuelo, también estaba Camacho... Luego, en otros derbis posteriores, me marcaron Sanchís y Salguero y me costaba más porque siempre se me dieron peor los defensas técnicos que los duros. Ahora no se puede dar tanto como antes porque hay más cámaras".

Hugo llegó a España en la temporada 81-82, después de destacar con los Pumas de México, su primer equipo profesional. Al contrario que años después, durante sus temporadas de Pichichi y rosas, no fueron fáciles sus comienzos en el Atlético: "Había ofertas del Arsenal y del Atlético, principalmente. El idioma, las costumbres y la buena fama del equipo rojiblanco hicieron que me decantara por ir a la Liga. Aparte de que el Mundial 82 se iba a celebrar en España. Me ficharon García Traid y Héctor Núñez, que eran entrenador y secretario técnico entonces del Atlético. El presidente era Cabeza. Pero Núñez se marchó de técnico al Universidad de México y a Traid le echaron y pusieron a Carriega, que no me quería porque no me había fichado. Me sacaba de extremo, no me daba minutos... Lo pasé mal esos primeros meses, me sentía muy extranjero. La gente me pitaba, la Prensa me llamaba "mariachi" e "indio". Pero me fui al Premundial del 82, que México perdió en Honduras, y cuando llegué tenía una buena noticia: volvía García Traid".

"Sea como fuere, Cabeza no me quería y me dijo que me pretendía mandar a México de vuelta porque yo ganaba mucho, según él. Me ofreció quedarme por el 50 por ciento de mi sueldo y acepté. Ahí es donde comencé a jugar de nueve y a marcar goles con el Atlético. Era un equipo con Marcos, Rubio, Cabrera, Arteche, Ruiz, Clemente... El primer partido que jugué ganamos 0-1 con gol mío y luego hice cuatro o cinco tantos seguidos terminando la temporada y la gente empezó a quererme. Pero no había dinero para renovar la cesión del Pumas y tuve que pagar yo mismo los 200.000 dólares que costaba otro año más. Luego, ya me compró el Atlético por alrededor de un millón de dólares de entonces (100 millones de pesetas aproximadamente)".

En el Manzanares, Hugo logró un trofeo Pichichi (en la 84-85, con 19 goles), una Copa del Rey, una Supercopa de España y un subcampeonato de Liga: "Aquel Atlético estaba siempre entre los primeros. Con Luis Aragonés, por ejemplo, teníamos un contragolpe letal. Luis tiene la sabiduría futbolística de saber transmitir lo que fue como jugador. Se hace respetar por el gran carácter que tiene. Un día le dije: 'Míster, en los años que llevo de profesional jamás he corrido tanto como aquí, tanto en los entrenamientos como en los partidos. Además, no tengo tanta velocidad'. Y él me respondió: 'Pues tendrás que adaptarte o irte a otro equipo'. A Luis Aragonés se le hinchaba la vena cada vez que llegaba un derbi, era un gran motivador y sabía vivir aquellos encuentros de una manera tan especial...".

Ahora, los rojiblancos apenas han logrado una victoria en los derbis de las últimas 16 temporadas. Han cambiado mucho los tiempos de aquel Atlético a éste, y Hugo así lo constata: "Antes había sólo tres extranjeros y todos los demás eran españoles, muchos ellos habían mamado la filosofía de su mismo club. El ambiente era muy autóctono, había mucho arraigo por el club y la camiseta. Estábamos involucrados, tenías que ganarte el derecho a ser uno de los tres únicos extranjeros. Ahora mismo hay tres españoles, si acaso...".

"Me choca el tema de la mentalidad actual del Atlético. Necesita quitarse de una vez el papel de segundón para no seguir haciendo una buena campaña y tres malas, un partido bueno y tres malos. Aunque es cierto que, en los últimos años, se ha metido mucho dinero en el Atlético como para que se logren tan pobres resultados. Pero es lo que ocurre con Kun y Forlán. Son dos de los mejores delanteros del mundo, pero los futbolistas necesitan ganar cosas importantes. Parece como si Forlán hubiera perdido la ilusión, como si no le hubieran dejado irse y ahora no tuviera otro tren... Es un futbolista ambicioso, con mucho carácter, y quiere crecer. Agüero no tardará en pretender irse, se nota que hay algo por ahí, porque quiere incentivos deportivos. Les ocurre lo mismo que me ocurrió a mí en el Atlético, que al final prefieres buscar otro horizonte".

"Comprendo, de hecho, lo que hizo Fernando Torres porque yo mismo lo viví así. La explosión de Fernando ha ocurrido en el Liverpool. Para que a jugadores así se les dé valor hay que cambiar de casa. El Atlético necesita creérselo, conseguir otra vez una mentalidad ganadora y eso le tiene que pasar desde el primer aficionado hasta al último empleado del club. Pensar que pueden ganar partidos como este derbi contra el Madrid, por ejemplo, es el primer paso hacia la grandeza". Comprobado queda tras este discurso aleccionador: algo de rojiblanco hay todavía en el alma de Hugo Sánchez...