Juli agarra un partido loco

El Elche continúa subido en el tobogán de la Liga, dispuesto a no decir todavía su última palabra en la lucha por el ascenso. Con la victoria de ayer (y la derrota del Cartagena), el tercer clasificado queda a siete puntos. Y con un matiz aún más positivo. El descenso se ve ya muy lejos -a 12 puntos- y el próximo domingo tendrá que visitar al Cartagena, que marca la barrera con la Primera División. Será un duelo con mucho que ganar para los de Bordalás. Ese es el dulce rescoldo del triunfo frente al Albacete.

Como era de esperar, la irrupción del efecto Vidal se dejó notar en el equipo manchego. Y es que su nuevo bloque plantó cara, de tú a tú, al Elche. Con igualdad numérica, el balón fue para los de casa pero las ocasiones, para los visitantes. La más clara, la primera. Una triangulación entre Sales, Sousa y Stuani, que no acertó a rematar a gol el ariete uruguayo, solo ante el portero. Martí Crespí respondió con un cabezazo a saque de esquina mientras que Verza, obsesionado con el gol y aprovechando el fuerte viento, a punto estuvo de sorprender a Caballero con dos faltas muy lejanas. A Molina le anularon, en el 23', un gol de cabeza por fuera de juego. Fue de lo poco que acertó Hevia Obras, que dio un recital de pito para el recuerdo.

La expulsión de Belencoso, con dos amarillas en tres minutos, rompió todos los guiones a la media hora de partido. El Elche asumió el mando y los nuevos Vidalitos achicaron agua dispuestos a morir con las botas puestas. Sin embargo, la suerte sonrió al Elche. Al filo del descanso, el viento desvió un centro de Saúl, con la izquierda, y Notario cantó en el primer palo.

Tras el descanso, el árbitro se convirtió en el triste protagonista. Primero anuló un gol a Sousa por un inexistente fuera de juego. Hubiese sido el empate. El colegiado quiso equilibrar errores y decretó un inexistente penalti sobre Altobelli. Caballero fue expulsado y el portero del filial, Leandro, debutó. Stuani igualó el marcador y el árbitro, las fuerzas.

El Albacete se creció y el partido se convirtió en un correcalles. El árbitro le anuló otro gol legal a Juli que, mientras era celebrado, permitió la contra visitante y el segundo penalti del partido. Tena derribó a Stuani y el encuentro pudo dar un vuelco. Sin embargo, el ariete uruguayo se encontró con Leandro y el palo, tirando al traste sus opciones de victoria. Esa acción dio alas al Elche y a su público que, envalentonados, volvieron a creer en la victoria. Y apareció la conexión alcoyana Molina-Juli para desatascar el duelo y darle la victoria a su equipo. Un triunfo que manda un mensaje para los de abajo: no hay que contar con el Elche. Mientras, los manchegos tendrán que navegar con David Vidal capitaneando su nave contracorriente.