El reportaje | La superstición y las cábalas desatan el optimismo argentino
Argentina se aferra a las cábalas de Maradona para el Mundial
Las coincidencias entre el 'El Pelusa' de 1986 y el de 2010 alimentan una corriente de optimismo en el país
Argentina aparca su pesimismo vital para instalarse en un optimismo antropológico cuando habla de la albiceleste. Cualquier argumento es suficiente para vaticinar los éxitos de su selección. Y la "cabulería" se ha convertido en el argumento más recurrente en Buenos Aires. Con el Mundial a la vuelta de la esquina, corren ríos de tinta sobre las coincidencias entre el Maradona del 86, la última Argentina campeona, y el del 2010.
Si se indaga en la Popular del estadio Monumental de River, territorio de Los Borrachos del Tablón, la barra brava millonaria, el escepticismo manda ante el bostero Maradona: "Diego ha demostrado que le viene grande. Pero la Prensa anda con el cuentito de si Nigeria, los coreanos, Bilardo... Y encima de River irán pocos, pero fijáte como estamos...". Si River está mal, Boca no anda mejor. En Caminito, inundado por un diluvio como no se conocía otro en 60 años, manda el sidieguismo habitual de los xeneizes. Allí se respalda a D10S: "Con él ganamos en México y repetiremos en Suráfrica. Y como entonces, Bilardo le banca (apoya)". Son muchas las coincidencias que gravitan alrededor del "cabulero Maradona". Diego debutará en un Mundial ante la última selección a la que se enfrentó con la albiceleste: Nigeria. Y jugará con Grecia, a la que también se midió en el 94 en el grupo. Igual que Corea del Sur, con la que Argentina se cruzó en el grupo A del Mundial 86, el que acabó ganando. Después se emparejó en octavos con Uruguay, ante quien podría repetir en Suráfrica en la misma fase. Además, Brasil tardó 24 años en ganar un Mundial tras la marcha de Pelé. Los mismos que se cumplen de la despedida de Diego. Ahora como entonces, el vestuario tarareará 'Me das cada día más', de Valeria Lynch y Bilardo tratará de eliminar del menú la carne de pollo, como en el 86.
"No somos favoritos para ganar el Mundial. Ni lo éramos en el 86. Y además, Argentina llegó a México con bronca". Bronca que ha sido el denominador común con Maradona en el banquillo. Tanto, que su histórico improperio tras lograr la clasificación ante Uruguay ("...que la sigan chupando") ilustra la camiseta más paseada en estos días por las calles de la "cabulera" capital porteña.