Liga de Campeones | Barcelona - Stuttgart
Con el Lyon de ejemplo
Regresa Ibrahimovic y Henry, otra vez al banquillo
Quedan 67 días para el 22 de mayo, fecha designada para jugar la final de la Champions League 2010. Por primera vez, el último partido será sábado y muchos culés parecen tener reservada la jornada para disfrutarla en la capital. Paseo por el Retiro, cañitas en la Plaza Mayor, comilona en un asador y pasar el tiempo hasta la hora del partido (20:45). Pero para eso deben suceder muchas cosas, que deben comenzar a escribirse hoy.
Mucho se está criticando a Ibrahimovic, pero resulta que un gol suyo en Alemania le puede servir al equipo del expedientado Guardiola. Volverá el sueco a la alineación (dos goles y dos palos en la Champions), tras cumplir su sanción ante el Valencia. Sin él en el terreno de juego, parece que el Barça es capaz de improvisar más, redescubriendo a Messi como falso punta (seis goles en los tres últimos partidos) y liberándole de los grilletes a los que parecía maniatado, posiblemente consecuencia de los últimos catorce partidos consecutivos en los que fue alineado desde el inicio. Los culés miran a los cuartos con ilusión y muchos siguen con la garganta resacosa por la celebración tras el gol de Pjanic en el Bernabéu.
Exigencia.
Lo que en su momento fue una inmensa alegría, ahora no es temor, pero sí un serio aviso. Pese a tener el pase de turno casi en las manos, Pep exigirá el máximo, equilibrando músculo e imaginación en la zona ancha, frescura atrás y elegancia y maestría en lo más alto, con Iniesta, Ibra y Messi, el líder goleador (29 goles en lo que va de curso, dos sólo en esta competición). No nos olvidamos de Valdés, que pretende seguir seduciendo a Del Bosque para ir al Mundial e imponerse a Lehmann, un portero venido a menos, siendo una copia barata en su decadencia de Kahn y permanentemente cruzado con el Barça, como Oliver lo estuvo con el Madrid.
No tiene margen de error el campeón. Sólo le vale ganar o empatar a cero. No hay miedo, pero sí están atentos, tomando al Lyon de ejemplo.
A seguir los pasos del United, que rompió el gafe de los campeones
Una de las obsesiones que tiene Guardiola es poder superar los octavos de final, imitando al Manchester United (finalista ante el Barça la pasada temporada), que rompió un gafe que acompañaba a los campeones desde la temporada 2004-05. Desde aquella campaña, todos los campeones (Oporto, Liverpool, Barça y Milán) se despidieron de la competición antes de lo deseado. Pep insistió mucho en ese aspecto a sus compañeros.