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Liga BBVA | Racing

"Cambiaré cosas, pero sólo tengo en mente librar al filial del descenso"

Nada más ser nombrado el sustituto de San Miguel en el 'B', concedió su primera entrevista a AS en la Avenida de los Castros. Es como se le recordaba: un tío excepcional.

Jaime Del Olmo
<b>CON LOS CAPITANES. </b>'Chiri' comenzó ayer la terapia de grupo.

Muy pocas veces he coincidido con un hombre de fútbol que sea tan accesible y cercano como Chiri. A lo mejor Manolo Preciado. Es de ese perfil, y desde el primer minuto te hace sentir cómodo hablando de todo (Liébana, la familia, gastronomía, dominó) no sólo de fútbol, aunque es a lo que más tiempo dedica los fines de semana: "Veo al menos seis partidos entre fútbol base, Tercera, Racing B y dos o tres por televisión".

Chiri escucha atentamente todas las reflexiones y preguntas que se plantean sucesivamente y responde sin imponer sus criterios, aunque a veces los silencios dicen más que sus palabras.

Primer objetivo.

Demuestra bien a las claras que es un hombre de club. Que será, en esta nueva etapa al frente del Racing B, un jefe de vestuario directo, claro y conciso, con el único objetivo de sacar al filial del descenso. Al menos lo va a intentar. Sólo ha firmado por estos nueve partidos que restan; si logra la salvación, seguirá. Si no, todas las posibilidades están abiertas. Chiri tiene una idea sobre este deporte, válida como cualquier otra, partiendo de un dibujo 4-4-2:

"Voy a llegar al vestuario y cambiaré algunas cosas poco a poco, pero aprovechando todo lo bueno que tiene este equipo. Lo único que tengo en la cabeza es cómo librar al equipo del descenso, nada más. Tampoco hablar mucho es bueno; hay que decir las cosas claras, concretas, mensajes cortos y que lleguen; al jugador hay que intentarle llegar. La racha es muy mala, 14 partidos sin ganar, pero el daño es sobre todo moral. Estoy convencido de que todo está en ganar un partido, pero hay que hacerlo. Si vencemos al Atlético B el próximo domingo en El Sardinero, esto tiene mucha solución. Jugar en el campo del primer equipo siempre supone una motivación especial para el jugador del filial".

Chiri, en su época profesional, siempre fue un 'multiusos' defensivo en el Racing. Chico para todo. Por los viejos Campos de Sport se le vio ocupar varias demarcaciones. Entre risas y anécdotas, nos recuerda todo mientras Miguel Martín, uno de los dueños del restaurante, nos deleita con una suculenta cena, compuesta por unas alcachofas rellenas de marisco, risotto de hongos y trigueros (sublime), y de postre una crema de naranja con helado de mandarina:

"En el Racing jugué de todo, además de en el centro del campo; de lateral derecho, lateral izquierdo, interior derecho, y algunos partidos de interior zurdo. Al principio el público me pitaba mucho, pero luego fue al revés. Mi evolución como jugador fue claramente de menos a más, pero tengo una explicación: llegué a Primera con sólo tres años de fútbol en mis botas; no jugué ni en infantil ni cadetes. Lo hacía en mi pueblo, en Marrón, pero contra gente mayor, casados Lorenzo Aranguren, que luego fue presidente de la Gimnástica, me llevó al Colindres, y en dos meses me pasaron al equipo Regional. Al año siguiente fui al Sniace, y luego, antes de fichar por el Racing, al Juvenil de División de Honor del Tapicerías del Río. Me faltaban pasos futbolísticos. Tengo claro que me retiré cuando mejor jugaba, cuando era capaz de realizar las cosas que tenía en la cabeza. Pero sinceramente creo que veía muy bien el fútbol tácticamente".

"Coincidí en el Racing dos años con Fede Castaños; con Portugal jugaríamos en contra, aunque no recuerdo en qué año... No le conozco, pero estamos, el filial y yo, a disposición suya. Si todo sale bien, estamos contentos y continúo la temporada que viene, trabajaría codo con codo con él".

Como entrenador.

Por tanto, el tránsito de futbolista a entrenador no le costó demasiado. Quería inculcar a los chavales sus conocimientos y dio sus primeros pasos en las secciones inferiores del Racing. Cinco temporadas culminadas en el Juvenil de División de Honor. Por aquel entonces, el Escobedo era una especie de "filial" del Racing y ahí fue la primera experiencia de Chiri en Tercera. Velarde y Noja fueron los banquillos que ocupó posteriormente, de los más golosos de la región. Ha ido acumulando experiencia y tiene claro cuál es el estilo de juego que prefiere en sus clubes:

"Me gusta que mi equipo lleve el peso del partido, no jugar a la contra. Que intente llevar el balón, aunque todo depende de los futbolistas que tengas en la plantilla. He cogido un poco de todos los entrenadores que he tenido en mi carrera, pero hubo uno que me impactó, Carlos Aimar en el Logroñés. Venía con otra idea y concepto de fútbol muy diferente a lo que había vivido antes. Era otro estilo, ni mejor ni peor, diferente".

"El primer entrenador que tuve en el Racing fue Laureano Ruiz, que me enseñó muchísimo, era muy didáctico; luego tuve a Manuel Fernández Mora y a Maguregui. Luego en el Logroñés a Chuchi Aranguren, un muy buen entrenador, a Irureta, que le cesaron, y a Carlos Aimar, que se tuvo que ir pronto por problemas con los permisos, visados, aunque luego volvió. Y por último Lotina, que se acababa de retirar y formaba un dúo con un técnico de la casa, aunque el que realmente entrenaba era él".

Altibajos.

Chiri ha experimentado en poco tiempo todos los altibajos que se viven siendo entrenador. Tan pronto estás arriba como abajo, de tener varias ofertas para entrenar a que el teléfono deje de sonar. Este año, sin ir más lejos:

"En esta temporada nadie me llamó de la Tercera, di por hecho que no iba a entrenar. Puede que me vieran ya como un técnico profesional tras lo del Eldense. Tuve dos ofertas de fuera de Cantabria pero no me apetecía salir. En Elda viví una experiencia profesional muy buena pero muy mala en lo personal; viajé sólo y tanto para mí como para mi familia fue muy duro estar alejados tanto tiempo. Luego las cosas en el club se torcieron económicamente hablando, me equivoqué y me di cuenta cuando estaba en Alicante. Ya antes no acepté otras opciones de fuera porque mis hijos eran más pequeños y la familia es lo primero. Quería vivir con ellos y con mi mujer su crecimiento, luego esos años y esas vivencias no vuelven".

Regreso al Racing.

Irremediablemente, la conversación termina en el Racing, al hecho de que se cierre el círculo y vuelva a entrenar en el club que le vio crecer como futbolista y nacer como técnico. Chiri no tenía tan claro que le iba a llegar esta oportunidad: "Pensé que era un tema que estaba acabado, pero en el fútbol nunca puedes cerrar puertas. Me ha cogido por sorpresa".

"Sin duda, tras el primer equipo, el banquillo del Racing B es el más importante en Cantabria. Entrenar a un filial tiene sus ventajas y sus límites; trabajas con jugadores con muchas cualidades, lo mejor del fútbol base, varios de ellos llegarán algún día a Primera y te hará ilusión verlos jugar ahí, saber que les has ayudado en su formación. Lo malo es que en ocasiones no podrás disponer de toda tu plantilla porque subirán al primer equipo, aunque eso es precisamente lo más importante en el fondo, formar futbolistas para el primer equipo. Si hay que sacar a un jugador que tiene proyección, adelante".

"Llego sólo; Adolfo Mayordomo, que estaba siendo el preparador físico, ahora será también mi ayudante. Coincidimos hace años en el club, él estaba en el equipo cadete y yo en el juvenil, pero nos conocemos de siempre".

Otro factor a tener en cuenta en un club importante es la opción futbolística de sus secciones inferiores:

"En mi opinión, todas las secciones inferiores, Racing B incluido, tienen que jugar de la misma manera. El cómo jugar, de qué forma, sería decisión del coordinador de esas secciones. Si encima en el primer equipo hay un entrenador que se mantiene en el cargo dos o tres años, eso sería mucho mejor para que el primer equipo también jugara de la misma manera. Lo que pasa es que no puede haber cambios de técnico cada año".