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Liga Adelante | Betis

Víctor invita a la plantilla por el sueño del ascenso

El técnico pidió a los jugadores que no aflojen en el intento

Actualizado a
<b>UNIÓN. </b>Odonkor, ya recuperado, se dispone a entrar en el céntrico restaurante. Al fondo, Pereira.

Cuando las cosas marchan según lo previsto todo en el Betis adquiere tintes de normal. Con la llegada de Víctor Fernández se han devuelto a lo público los entrenamientos y ya incluso plantel y cuerpo técnico almuerzan juntos. La alegría ha vuelto al Ruiz de Lopera en los partidos, a la Ciudad Deportiva en los entrenamientos y al equipo en el vestuario. Víctor, encantado con que sus planes salgan bien, no quiere el menor riesgo de acomodamiento.

El entrenador maño invitó ayer a comer a toda la plantilla (salvo contadas excepciones por fuerza mayor) y al resto de integrantes del cuerpo técnico y médico. Las caras de felicidad allí exhibidas contrastan con las que adornaban la actualidad verdiblanca hace apenas dos meses. Ahora el ascenso ya no es una quimera y en el vestuario se sabe. "A este ritmo subimos seguro, tenemos que conseguirlo como sea", explicó Rivas.

Con casi todo en su sitio, a Víctor sólo le preocupa una cosa, una excesiva euforia cuando aún no se ha conseguido nada. La plantilla le tranquilizó durante el almuerzo: "No nos vamos a relajar". Ahora toca demostrarlo, para empezar, este sábado en Irún.

Nano no tiene una lesión grave

La noticia negativa de la jornada de ayer la protagonizó Nano. El central realizó un mal giro en una acción con el canterano Sergio y cayó al suelo entre evidentes gestos de dolor. El ex jugador del Getafe se echó mano de la rodilla izquierda, la misma donde se operó tiempo atrás de una rotura de ligamentos, y tuvo que salir del terreno de juego llevado en volandas. Debido a las muestras de dolor y desolación del jugador y la imposibilidad que tenía para apoyar la rodilla, la preocupación se adueñó de los allí presentes. El futbolista fue trasladado inmediatamente al FREMAP para realizarle un primer diagnóstico. El mismo, según explicaba Tomás Calero, jefe de los servicios médicos del Betis, descartaba cualquier tipo de lesión grave, aunque serán necesarias 72 horas para saberlo exactamente.