Un tridente de Primera

Cuando en Heliópolis se escuchan cánticos de una parte del estadio a otra, históricamente es señal de que las cosas le van razonablemente bien al Betis. No importa tanto si el equipo está en Segunda. De vez en cuando viene bien darse un atracón de alegría. Sobre todo si por fin se puede respirar un aire de tranquilidad. Y todo porque el Betis está haciendo lo que debería haber hecho hasta ahora: ganar partidos. Parece que con Víctor el ascenso ya no es una utopía y cada semana que pasa se convierte en una realidad más cercana. Ahora ya está a sólo tres puntos, cuando hace dos semanas se encontraba a ocho y todo pintaba demasiado negro. Pero el nuevo Betis asusta a cualquiera y da muestras de poder ganar todos lo partidos. A eso se aferra la afición verdiblanca. De una vez, después de mucho tiempo, su equipo impone, aunque sea en Segunda. Y gran parte de culpa la tiene su entrenador, que ha dado con la tecla necesaria para subir: buen juego, contundencia arriba y eficacia atrás. Todo ello unido a una gran conexión con su gente, otro motivo más para abandonar el infierno por la vía rápida.

Otra vez se vio a un Betis explosivo de inicio y con una idea clara: ante el Rayo tenía la oportunidad de confirmar su progresión y de meter más miedo a sus rivales por el ascenso. Víctor es responsable en la mejoría, pero también todo es mucho más fácil cuando te funciona un tridente demoledor. Entre Pereira, Emaná y Sergio García se bastaron para hurgar en la herida del Rayo, muy flojo en defensa, y en el que sólo se salvó Dani. El meta tuvo que aparecer ya a los dos minutos para detener un cabezazo a quemarropa de Pereira, aunque poco pudo hacer después en los goles verdiblancos. Pocos tienen capacidad para frenar el ciclón del Betis, si éste se encuentra a su nivel. Y ayer lo tuvo. En dos contras de libro, ayudado por los errores del Rayo, Sergio García asistió primero a Pereira y luego a Emaná para dejar el encuentro muy encarrilado. Fue un golpe en la mesa de un equipo al alza, que apenas da opción al contrario.

Desaparecido.

Tampoco el Rayo demostró mucho, como la mayoría de los equipos que han pasado por Heliópolis. Sólo que esta temporada volverá a pasarla sin pena ni gloria, a no ser que se caiga con Felipe y le entre miedo. Y el miedo en Segunda únicamente te lleva a un sitio. Movilla, veterano donde los haya, lo sabe y ayer avisó sobre el campo a los suyos de lo que les puede venir encima. Si no tiene acompañantes, les espera un mal trago. Y es que el bagaje del Rayo en la primera parte fue pésimo: dos disparos y sin apenas peligro. Más o menos lo mismo que la mayoría de equipos que han visitado Heliópolis. Luego apretó un poco, pero insuficiente para competir ante este nuevo Betis.

Y si al inicio de partido el equipo de Víctor estuvo explosivo, tras la reanudación el tridente se fabricó la mejor jugada de la tarde para cerrar el choque y deleitar a la grada. Otra asistencia de Sergio que Emaná dejó pasar mirando al tendido y Pereira no perdonó. Cuatro goles suma ya el ex del Villarreal, lo que confirma la importancia de su fichaje. El 3-0 llevó a la grada unos cánticos apenas recordados por Heliópolis, donde parece que la vida ha cambiado para mejor. También permitió a Víctor dar descanso a Sergio y a un sensacional Mehmet Aurelio. Apareció Pavone, al que le falta un gol para apoyar su buen trabajo. La grada, muy sabia, le aplaudió un disparo al larguero porque también el argentino es fundamental para el ascenso.

El tiempo pasaba y el Betis se gustaba. El Rayo apretó un poco para no irse de vacío y se encontró un penalti ya en la prolongación. Piti lo marcó por dos veces y evitó una alegría mayor del beticismo al final del encuentro. "Ahora todo es más normal en el Betis", dijo ayer Víctor. Está claro. El Betis tiene el ascenso a tiro, Lopera recibió una buena noticia de la Justicia y los rivales están intranquilos. Pero aún quedan 15 finales. La siguiente, el próximo sábado en Irún.

arzu tuvoque retirarse lesionado

Arzu se marchó del terreno de juego a los 62 minutos debido a unas molestias en el tendón de Aquiles. El nazareno podría ser baja ante el Real Unión de Irún y su ausencia provocaría un cambio en el once inicial de los dos últimos partidos, que tan buen resultado le ha dado a Víctor y al Betis.