Liga Adelante | Cádiz 4 - Albacete 3
Tristán lidera una remontada heroica
El Carranza, del funeral a la fiesta en quince minutos.
Pocas veces se había visto una afición cadista tan crispada. En el minuto 63, Callejón establecía en el Carranza el 1-3 que, sin ánimo de exagerar, ponía con un pie al Cádiz en el pozo de Segunda División B. El problema, así al menos lo veía la grada del Carranza, no era tanto el resultado, que también, sino la forma en que se estaba produciendo. El Albacete había superado hasta ese momento al anfitrión de este choque sin exponer demasiado. Tres goles en tan sólo 17 minutos provocaron la explosión del respetable. Se pidió la salida del presidente Antonio Muñoz, y a los jugadores se les llamó 'Hijos de ...' sin pudor. Un cataclismo.
Pero llegó la reacción amarilla. El Albacete casi dormitaba después de este tercer gol, y perdió el sitio con la expulsión de Tarantino, que abrió una brecha por el carril derecho que el Cádiz supo aprovechar. Espárrago, además, insufló de vitalidad a un equipo que se arrastraba con las entradas de Diego Tristán y de López Silva.
En sólo quince minutos, ellos, apoyados por un Enrique que supo cambiarle la cara al respetable, fueron capaces de remontar una situación catastrófica. Fue el genio de 'La Algaba' el que abría el camino de la remontada con un cabezazo que hizo recordar a aquel pichichi del Depor. Luego, Enrique establecía con corazón el empate, y desde ahí, con un Albacete completamente superado, imperaba la lógica del tirón heroico con un golazo de Fragoso desde fuera del área que cerraba, de momento, la fractura de la afición cadista con su equipo.
Montaña rusa.
Lo cierto es que los dos equipos reflejaron la realidad que enseña la tabla. Pese a que el Cádiz se adelantó pronto con un gol de Toedtli, no hubo un dominador claro en la primera mitad. El excesivo individualismo de Ramis, unido a que la defensa del Cádiz sigue enseñando sus vergüenzas, llevó a que el equipo de Rubio fuese ganando metros. Sales estuvo muy cerca de marcar en un par de ocasiones, pero no acertó en el remate.
Fue en la segunda mitad donde todo cambió. El partido se convirtió en una montaña rusa de sensaciones. Fruto de su insistencia, Fernando Sales conseguía empatar tras ganarle la espalda a Mansilla. Y sólo nueve minutos después, un barullo en el área era aprovechado por Antonio Hidalgo para adelantar a los albaceteños. Callejón, con el tercero, encendía la mecha.
Julián Rubio tampoco estuvo muy fino. Es cierto que tras la expulsión de Tarantino, el Albacete había perdido contundencia en la banda izquierda, pero no acertó con los cambios para combatir la carencia. El resultado fue que el Cádiz se lanzó al ataque y acabó llevándose el premio.
Esta victoria da un soplo de aire fresco al Submarino Amarillo e impide que el Albacete abandone los puestos de descenso. Ahora, los de Víctor Espárrago se quedan a sólo dos puntos de la salvación. El próximo tren es Cartagena, que lleva tres jornadas sin ganar.