Liga BBVA | Atlético de Madrid
"Queremos jugar las dos Supercopas contra el Barcelona"
El Atlético vive su mejor momento de la temporada y aspira a ganar dos títulos, algo impensable hace sólo unos meses. Ayer, los dos máximos accionistas, Miguel Ángel Gil y Enrique Cerezo, visitaron la redacción de AS para analizar un curso plagado de altibajos y hablar del futuro.
Miguel Ángel Gil Marín y Enrique Cerezo son la extraña pareja del fútbol español. Serio, reservado y adicto al segundo plano el consejero delegado; bromista, arrollador y siempre accesible el presidente. Uno maneja los números del Atlético y el otro la parcela deportiva, por lo que su agenda rara vez coincide, pero ayer ambos visitaron, acompañados de Emilio Gutiérrez, director de Comunicación, la nueva redacción de AS para analizar la situación del club y de un equipo que, al fin, parece haber enderezado el rumbo y aspira a ganar dos títulos esta temporada.
Gil Marín, poco dado a bravuconadas, no se corta en esta ocasión: "Mi deseo para esta temporada lo tengo claro: queremos jugar las dos Supercopas contra el Barcelona". Roncero no lo pilla a la primera y aplaude esta posibilidad hasta que Cerezo se lo aclara: "Tomás, eso quiere decir que nosotros ganamos Copa y Europa League y el Barça, Liga y Champions". Todos se ríen menos Roncero, al borde de un colapso de sólo imaginarlo.
Y antes de que el sector madridista recupere la respiración, Cerezo avisa sobre el derbi que acecha a final de mes: "La temporada pasada ya empatamos en el Bernabéu y pudimos golear, así que ya nos va tocando ganar. Yo sólo digo que no hay mal que cien años dure, así que atentos. En lo que va de Liga ya hemos ganado, jugando muy bien, a Barcelona, Sevilla y Valencia, así que está demostrado que cuanto más grande es el rival mejores somos nosotros también".
Cuando se cuestiona al presidente sobre el buen momento del Atlético y el futuro de Quique, pasa revista: "Este equipo es para que todos los atléticos estén orgullosos. Estamos muy contentos con Quique, pero aún es pronto para tomar ninguna decisión, debemos actuar con calma y ver cómo acaba todo. La llegada de Tiago nos ha ayudado mucho, está claro que ha sido un gran acierto traerle. Con él juegan todos mejor. Estamos encantados".
El peor momento.
Gil Marín echa la vista atrás para analizar el origen de los problemas que amenazaron con desmoronar el actual proyecto: "A nosotros nos destrozó el arranque de la temporada. Agüero, Forlán, Maxi y Simao, seguramente nuestros cuatro futbolistas más importantes en aquel momento, estaban jugándose la clasificación para el Mundial y, aunque ellos no lo quisieran, eso les hacía tener la cabeza muy pendiente de sus selecciones y afectaba al Atlético. Además, algunas actuaciones nuestras desestabilizaron el entorno y todo se juntó, creando un clima raro. Pero ahora ya están superados esos problemas y se está viendo el verdadero nivel de este equipo, que es muy alto".
Sin embargo, pese a las recientes alegrías, los dirigentes tienen claro que el actual sistema del fútbol español no tiene futuro y se plantean medidas drásticas para la próxima temporada. "En la LFP no somos todos iguales. Mientras unos seamos sociedades anónimas y otros no es imposible competir en igualdad. Exceptuando Madrid y Barcelona, que no son SAD y se rigen por otras normas, todos los clubes estamos perdiendo dinero. Y no sólo en España. En Inglaterra los cuatro grandes están en problemas serios. Por ejemplo, el Manchester United tiene más deuda ahora que hace un año pese a que recibió 94 millones por vender a Cristiano Ronaldo, pero eso no le ha dado ni para pagar todos los intereses", explica Gil Marín.
Y el consejero delegado puntualiza que el futuro inmediato pasa por reducir el gasto en fichas y amortizaciones de los jugadores de la primera plantilla: "Nuestra idea es bajar en 20 millones el presupuesto de la temporada que viene. Y no somos los únicos, el Sevilla y el Villarreal tienen previsto ahorrarse cantidades similares. Esos 20 millones se sacan de reducir el número de fichas profesionales y de contratar jugadores con sueldos más bajos. Ahora mismo gastamos 95 millones en la primera plantilla, que es un 80 por ciento de nuestro presupuesto. El objetivo es bajar a 75 millones, que supongan un 70 por ciento del total". En este momento, Roncero ve el cielo abierto: "¡Vendednos a Agüero!". Y Cerezo y Gil Marín responden al unísono: "No. El proyecto es 75 millones con él en el equipo. Es innegociable: Kun no se mueve".
¿Y ellos se mueven? En los últimos tiempos se ha hablado a menudo de la posibilidad de que los actuales dueños vendan el Atlético, pero ellos lo niegan. Cerezo es contundente: "Nadie nos ha hecho nunca una oferta formal. No están los tiempos para grandes inversiones y menos en un negocio como el del fútbol que no es rentable y en el que la presión social es enorme". Y el máximo accionista remata la cuestión: "Para bien o para mal, hay Cerezo y Gil Marín para rato".
La conversación salta al nuevo estadio y sus plazos. "Las obras de vaciado comenzarán a finales de primavera. Ya está el acuerdo completamente cerrado con FCC, la constructora encargada de todo, y los arquitectos tendrán el proyecto global definitivo en junio. Luego serán unos 30 meses de obras por lo que el estadio estará terminado para la Navidad de la temporada 2012-13. La duda es sí nos cambiaremos a mitad de esa Liga o la acabaremos en el Calderón y nos mudaremos ya para la 2013-14", explica Cerezo.
El propósito de Gallardón de volver a presentar a Madrid como candidata a los Juegos Olímpicos no inquieta a Gil Marín: "Tenemos el compromiso de que nuestro estadio sea olímpico si Madrid logra los Juegos en 2020 o 2024. En cualquier caso, el estadio se construirá sin pista de atletismo y, si se diera ese caso, se levantaría un tabique de 7,5 metros junto a las gradas para nivelarlo por arriba y poner la pista sólo durante los Juegos".
Cerezo tiene palabras de agradecimiento para el alcalde de Madrid: "De todos los políticos ha sido el que único que de verdad ha luchado por sacar este proyecto adelante. El problema fue que nos cambiaron las condiciones. Según el primer acuerdo, el Atlético, aparte del nuevo estadio, ganaba unos 60 o 70 millones para eliminar deuda, pero luego decidieron variar los baremos para que no ganásemos ni un euro. Se valoró la operación en 276 millones y eso es lo mismo que nos costará asumir todos los gastos del traslado".
Entonces interviene Miguel Ángel Gil: "Tuvimos que decidir si nos compensaba el cambio en esas condiciones y decidimos que sí porque ganamos en cuatro aspectos: imagen; patrimonio, ya que pasamos de tener tres hectáreas de suelo a tener diez; servicios, con 3.000 plazas de párking, todas las localidades cubiertas y mejores comunicaciones y accesos, y en la cuenta de resultados, ya que estimamos que ganaremos 15 millones anuales más por la explotación del estadio".
El Atlético pasará de las 55.000 localidades del Calderón a las 70.000 del nuevo recinto, que llevará el nombre de una empresa aún por determinar. Gil Marín está convencido de que el aforo no será demasiado: "El cambio de barrio no debe afectarnos. De los 44.000 abonados actuales, sólo unos 5.000 viven en los alrededores del Manzanares, lo que demuestra que nuestra afición es de todas partes de la ciudad. Por ejemplo, Chamberí es uno de los distritos con más atléticos. La clave para que aumentar mucho el número de abonados en el estadio nuevo será vender las 12.000 localidades VIP que tendremos. Si lo logramos, podremos permitirnos hacer mejores ofertas para el resto del campo".
Y con los postres, vuelve el fútbol con el nombre propio de los últimos meses en el Atlético: Reyes. Cerezo se admira: "Las dos jugadas que hizo contra el Galatasaray y el Valencia en las que se fue de todos y acabó rematando al poste fueron de las mejores que he visto últimamente". Y Gil Marín le da mérito a Quique: "Los entrenadores siempre vienen mejor a unos jugadores que a otros, por ejemplo, De Gea es el titular cuando antes lo era Asenjo, pero la recuperación de Reyes ha sido espectacular".
Y como buenos españoles, alrededor del café se habla de árbitros. "Pérez Burrull se equivocó gravemente, pero al menos tuvo el valor de rectificar y consultar al cuarto árbitro", le justifica Gil Marín. Y Cerezo remata: "Los árbitros se equivocan y punto. Por suerte, el otro día supimos salir adelante y goleamos al Valencia. Y eso es lo importante, que este equipo está ahora de maravilla. No renunciamos a alcanzar la Champions, ganar la Copa y pelear también la Europa League". Y hasta Roncero asiente.