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Liga BBVA | Atlético 4 - Valencia 1

Enorme Atleti y show de Burrull

El colegiado no vio tres penaltis del Valencia, aunque el cuarto árbitro le corrigió en uno. Del primero, llegó el gol de Silva. Precioso duelo Agüero-César

<b>FIN DE FIESTA. </b>Jurado redondeó la goleada rojiblanca con el cuarto gol y, nada más hacerlo, todo el Atlético se fundía en abrazos ante la desolación de los jugadores che.
FIN DE FIESTA. Jurado redondeó la goleada rojiblanca con el cuarto gol y, nada más hacerlo, todo el Atlético se fundía en abrazos ante la desolación de los jugadores che.

Empecemos por Pérez Burrull porque no me lo puedo sacar de la cabeza. Es un espécimen humano fascinante que rara vez se entera de algo, pero ha tenido una larga carrera en una profesión donde se supone que la clave es ver lo que pasa. El mundo arbitral es increíble. La que lió ayer el cántabro en la primera media hora fue digna de Peter Sellers en El Guateque. Cómo ni él ni su asistente Francisco Lamsfus vieron el escandaloso penalti de Banega a Reyes a los 20 minutos está más allá de las leyes de la lógica. Como, además, con el Atleti siempre hay una vuelta de tuerca más, en el contraataque consiguiente Silva adelantó con mucha calidad a un Valencia que no había dado señales de vida hasta entonces.

Hasta el 0-1, el Atleti estaba refrendando lo que lleva un mes apuntando: Quique lo ha sacado del fango. Con Tiago poniendo orden, Reyes en estado de gracia, Kun a lo suyo, Simao y Forlán recuperando el nivel por momentos y la defensa concentrada, este equipo es otro. El Valencia descubrió por las malas que, ahora, los rojiblancos quieren la pelota y, lo que es aún más noticioso, saben qué hacer con ella.

Así han recuperado la confianza, como se vio nada más adelantarse el Valencia. Reyes, de nuevo majestuoso, agarró un balón pegado a la banda y empezó a driblar rivales hasta que llegó a la línea de fondo, engañó a César fingiendo el pase y remató al poste. De inmediato, Kun le robó la cartera a Marchena y, cuando iba a fusilar, el central le quitó el balón con la mano. Burrull, por supuesto, no se enteró, pero se ve que el escalafón arbitral funciona por méritos inversos y fue el cuarto árbitro el único que vio lo que pasaba y corrigió a su jefe. Penalti y expulsión. El Valencia clamó más por el esperpento que por la justicia y Forlán empató.

César, enorme portero y showman, se echó al Calderón encima y, en su salsa, comenzó su exhibición. Enfrente Agüero, enorme toda la noche en el juego y gafado en la definición. El duelo entre ambos fue fabuloso y comenzó al filo del descanso cuando Banega, una sombra, le regaló un mano a mano a Kun, que fue víctima del infame estado del césped y mandó el balón al río.

La segunda parte, con un Valencia con diez y metido atrás, fue un espectacular César contra un ataque desaforado y brillante. Desvió al palo una falta de Simao, vio como Burrull se comía otro clamoroso penalti de Banega por mano en una barrera, alcanzó un contrapié imposible de Reyes y tapó tres seguidas a Agüero que, en la última, se lesionó, pidió el cambio y durante dos minutos se quedó sin moverse en el campo, presa de una aparente desesperación. Pero con Kun nada es lo que parece. Siempre es mejor.

Resolución. Mientras esperaba que le quitasen, metió un golito, el genuino gol del cojo. Simao la puso de vicio y el más bajito cabeceó. También es el más listo. Quedaban 12 minutos y el numantino Valencia, con uno menos, Villa ya en el banquillo y Silva muy solo, se descompuso. Burrull exageró en la roja a Miguel y el Atleti aprovechó para cerrar un marcador más acorde con la superioridad mostrada, gracias a dos buenos goles de Forlán y Jurado. Salvio debutó y casi completa la manita y la fiesta, pero ya habrían sido demasiados sucesos para un partido loco y apasionante.