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Liga BBVA | Raicng 0 - Almería 2

Crusat deprime otra vez al Racing

La bala del Almería se salió y fue ovacionado. El primer gol lo marcó Soriano, Piatti fabricó el otro y Uche perdonó la goleada. Tchité y Canales, al palo.

Crusat deprime otra vez al Racing

No es fácil explicar cómo un equipo que empieza siendo dominador y se estrella dos veces contra la madera puede acabar un partido siendo burlado por su rival y su afición. Quizás unos apunten a la falta de concentración, otros hagan sangre de ciertas individualidades y muchos incidan en ciertas decisiones adoptadas desde el banquillo. Y todos llevarán razón. En primer lugar porque la zaga cántabra, juegue quien juegue, cada vez da menos garantías y, además, porque Toño no debió actuar al estar tocado y compañeros suyos, como Lacen y Serrano, tampoco debieron hacerlo porque no están en forma desde hace tiempo. Sin embargo, conviene ensalzar la labor de un Almería de récord que tiene todo aquello que no posee el Racing: seguridad defensiva, velocidad en la dos bandas, mordiente arriba y pegada. Mucha pegada.

Muestra de esa eficacia es el primer gol. Un acierto aislado que jamás imaginaríamos tan crucial para cambiar tanto un panorama. Hasta ese 28', cuando Soriano cabeceó a la red la primera jugada hilvanada del Almería, el Racing recordaba al de sus añoradas tardes. Seguro en cada cosa que hacía, presionante donde debe y veloz en la ocupación de los espacios. De esa mejoría se sirvió Tchité para gozar de una clara ocasión a pase de Munitis. Un remate que sólo el travesaño impidió que se convirtiera en diana. Como pasó después con una falta lanzada por Canales. Pero pareció que en la madera se quedó postrada toda la fe local.

Desde el 0-1, en el que Soriano remata con intención y Toño se resquebraja para no acentuar sus molestias, el Almería pudo hacer un roto escandaloso. Y todo porque su adversario mutó en un equipo parecido a un regional. Un dato lo demuestra. Crusat salió a hombros de El Sardinero ovacionado por la hinchada local. Y no fue para menos. Su partido fue excelso.

Pieza clave.

El pequeño gran hombre no sólo dio una magistral asistencia en el tanto inicial, sino que burló al Racing cuándo y cómo quiso y dio la puntilla en una jugada embarazosa para los locales. La acción, créanlo, se veía venir. Ésta nació en un córner ofensivo por parte verdiblanca con el éxito al que acostumbra en esas labores. Canales sacó corto y flojo. Los de Lillo, que habían dejado a sus dos hombres más rápidos arriba, no desaprovecharon el rechace. Piatti leyó sensacionalmente la jugada. Se desenganchó porque tenía la lección estudiada: en el regalo del contrincante en campo propio se iniciaba su amenaza. Desde ahí, a un mundo de su destino, metió la quinta y tras regatear a todo el que le intentó sacudir, o amagó (como Arana), le regaló el 0-2 a Crusat.

Con su mazazo se daba por cerrado el encuentro a la vez que se abría otra cicatriz en Toño. El portero tuvo que ser sustituido por Coltorti, en un gesto que no gustó nada a Portugal. El burgalés le alineó con muchas dudas porque, dice, el guardameta le dio garantías de palabra para ello, pero los hechos demostraron que uno no estaba tan bien y que el otro debe confiar más en lo que ve que en lo que le dicen. Si la alternativa a su suplencia era arriesgar con un debutante, se entiende tanto riesgo. Con Coltorti a la espera, ofende.

Con el 0-2 ya daba igual todo. Incluso que Uche fallara mucho antes varios goles cantados a la contra para conseguir un resultado insultante. O que las sustituciones del Racing únicamente aportaran más motivos de enfado a la grada. Lo realmente destacable a esas alturas se centraba en dos apuntes. Uno: que el Almería encadenaba cinco partidos invicto, que es junto al Real Madrid el único equipo que no conoce el sabor de la derrota en la segunda vuelta y que, con Lillo al mando, sus números son de grande. Dos: que el Racing ya había entrado de nuevo en depresión tras superar una primera crisis con Mandiá. Menos mal que sus ansiolíticos más eficaces siguen siendo el resto de opositores al descenso, que siguen fieles a la derrota.

Portugal y Toño no se entendieron

Portugal había tenido muchas dudas con la alineación de Toño. El jueves se reunió con él y se decidió. De todas formas, el alicantino hizo algunos gestos el sábado que mosquearon al cuerpo técnico. La opción de Coltorti parecía más fiable. Al final jugó Toño y se lesionó de nuevo en una zona cercana al aductor derecho. Fue sustituido por Fabio en el 69'.