Liga Adelante | Murcia
'Jose-milagro': de equipo perdedor a Murcia sólido
Del catastrófico debut a lo actual... trabajo de campo y diván
De su primer Murcia, del que cayó con estrépito ante el Cartagena allá por el 8 de noviembre, al equipo que en Salamanca confirmó su constante crecimiento en este 2010 poco hay en común. Cuando Jose llegó en el once entraban y salían jugadores; ahora juegan los mismos salvo sanción o lesión. Primera variación. De aquel Murcia perdido, inexperto y sobre todo frágil mentalmente (hasta bien poco un gol en contra suponía la caída en picado). Ahora es otro Murcia: un equipo que compite contra todos, que lee los partidos y que sabe cuando llevar la iniciativa, que tiene capacidad para remontar (ante Nàstic) o de darle al rival el balón (Numancia).
De un Murcia capaz de enfrentarse a los de arriba y también a los que juegan por salvarse. Bloque que ha sido capaz de convertir su déficit a domicilio (ganó en Las Palmas tras once meses sin hacerlo fuera) en una fortaleza que le 'adorna' como el visitante más temible en este 2010 en el que el Murcia es el mejor equipo de Segunda a domicilio con 10 puntos sobre 15 posibles
Si en NC es capaz de ir sacando los marcadores, la zona media de la tabla que cuando Jose tomó el equipo estaba a 10 puntos y que ahora ha quedado reducida a menos de dos partidos será el siguiente reto para un equipo que se siente capaz de ganar a cualquiera y que reconoce, como hacía Capdevila tras ganar en el Helmántico "lo duro de haber desperdiciado media Liga porque equipo hay para estar mucho más arriba". O como decía Isaac: "Jugando en tensión, de aquí al final cualquier equipo está al alcance del Murcia".
El 'otro' entrenamiento. Del Murcia de Jose González, un entrenador que confirma que tan importante es el trabajo de campo como la labor psicológica. El gaditano se encerró con Cortijo, su segundo, y con los jugadores en sesiones de trabajo machacón. Les metió video, pero sobre todo les protegió cuando venían mal dadas, cuando tenía toda la legitimidad para mostrarse vehemente con un vestuario que también ha sabido madurar. Que ha sido duro, que ha estado unido y que empieza a recoger ahora los frutos de cuatro meses que le han cambiado la cara a un Murcia que ha pasado de ser una 'banda' a convertirse en un equipo, limitado, lo que quieran, pero incómodo para cualquier rival de Segunda: para todos, para los de arriba que ya no se fían y que recuerdan que "estaba claro que el Murcia iba a salir por su potencial" y para los de su Liga que empiezan a descontarle de la carrera por una salvación que está a seis triunfos vista.